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Vecinos de Carapungo realizan un plantón; están cansados de los asaltos frecuentes

Los moradores de Carapungo, norte de Quito, manifiestan que, además de los robos en el sector, también se da el consumo y venta de sustancias estupefacientes. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

Los moradores de Carapungo, norte de Quito, manifiestan que, además de los robos en el sector, también se da el consumo y venta de sustancias estupefacientes. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

Ciudadanos del sector de Carapungo, norte de Quito, salieron a realizar un plantón este lunes 16 de septiembre del 2019, pues dicen estar cansados de la delincuencia. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

La mañana de este lunes, 16 de septiembre del 2019, vecinos de Carapungo, en el norte de Quito, realizaron un plantón para exigir más seguridad a las autoridades de Gobierno y del Municipio. Con carteles y gritos dijeron que están cansados de los robos y asaltos.

En la esquina de las calles Galo Plaza Lasso y Jaime Roldós Aguilera, los moradores indican que los robos son cometidos a diario. En una parada de bus cercana, los pasajeros tienen que estar pendientes de que ningún ‘arranchador’ les quite sus pertenencias.

Las personas que decidieron manifestarse señalaron que tres panaderías han sido asaltadas en los últimos días. En una de ellas, los delincuentes se robaron USD 2 500 y una camioneta. El dependiente que trabaja en el local comentó a este Diario que unos hombres ingresaron el pasado viernes 6 de septiembre a las 21:00. Los amedrentaron con armas de fuego y les quitaron todo el dinero que tenían más el vehículo con el que trabajan.

Lo mismo ocurrió en las otras panaderías. La dueña de un local, que prefirió no identificarse, dice que las personas que asaltaron su establecimiento eran extranjeros.

Raúl J., uno de los vecinos, señala que tiene temor de salir de su hogar. Comenta que el pasado miércoles 11 de septiembre un delincuente apuñaló a un muchacho en el brazo y huyó del lugar. Él llamó en repetidas ocasiones al ECU 911 pero no hubo respuesta inmediata. Prefirió llamar un taxi y trasladar al joven a un centro de salud.

Martha Mejía, dirigente del barrio, pide que la Policía Nacional realice mayores controles en el lugar. Cinco locales más habrían sufrido asaltos con armas de fuego y los vecinos no saben qué hacer para afrontar esta situación.

Otro problema es la venta y consumo de sustancias estupefacientes. Mariano Suárez indica que hay personas que "salen a fumar a distintas horas y tienen peleas entre ellas".