Seis salas, con obras de arte del siglo XVII y un pesebre hecho a base de papel maché por las hermanas Carmelitas, podrán ser admiradas por los ciudadanos desde hoy hasta el 6 de enero.
Por segundo año consecutivo, el Monasterio del Carmen de la Santísima Trinidad (Carmen Bajo), ubicado entre las calles Manabí y Venezuela, abrirá sus puertas para mostrar el Belén Carmelito que cuenta con más de 500 piezas.
El año anterior, unas 8 000 personas también pudieron observar una figura de una monjita con el Niño Jesús en sus brazos y los instrumentos musicales con los que las hermanas realizan sus retiros espirituales.
Según el Municipio, el culto a los belenes es uno de los legados de la era Colonial. En el siglo XVIII, Quito adquirió renombre gracias al talento de los artistas de la Escuela Quiteña, que produjo obras de arte en casas particulares y los conventos de las comunidades religiosas.
A estas dos exposiciones, este año, se unirán cuatro salas.
La primera está llena de ángeles grandes, otra tiene figuras del Niño Jesús, la tercera cuenta con pinturas de la Sagrada Familia y en la última hay un pesebre hecho por las hermanas. Este último es el “Rincón Familiar”.
La hermana Raquel de Santa Teresita, señaló que la idea de la exposición es que la ciudadanía participe de las imágenes que forman parte de la devoción de la comunidad. Por lo que invitó a que asistan de martes a domingo de 09:00 a 12:00 y de 14:00 a 17:00. El Monasterio sugiere una contribución de USD 2 para ingresar.
En la exposición, usted también podrá observar piezas hechas por la primera Fábrica de Porcelana de Quito, que funcionaba en la Real Audiencia, con temas cortesanos (de la corte, mujeres con vestidos largos y pelucas, aristócratas y nobles). Y una pequeña réplica de las celdas en las que viven las hermanas del Convento.
Silvia Ortiz, restauradora, comentó que es una oportunidad única para observar piezas históricas que evocan a la cultura quiteña. En este año, se restauraron unas 100 obras de arte para que estén en la exposición, que cuenta con el apoyo del Municipio y Quito Turismo.
Tome en cuenta que esta es la segunda ocasión, en 306 años, que el Monasterio de El Carmen Bajo abre sus puertas a la ciudadanía. Es un lugar para visitar en familia.