La cita del evangelio según San Mateo “Tomen mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón”, fue el punto de partida para la reflexión en la misa de renovación de la consagración del Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María anoche, en la Basílica. La ceremonia presidió Danilo Echeverría, obispo auxiliar de Quito.
En la homilía, el misionero católico de origen británico Rick Miller dirigió un mensaje con la ayuda de su traductora.
En una de las primeras bancas tres representantes de la Policía Nacional escuchaban con atención. También estuvo la concejala María Sol Corral.
Como en sus conferencias ofrecidas desde el miércoles en varios sectores de la ciudad, invitó a orar en forma conjunta y a conseguir una renovación “porque todos somos hijos de Dios”, a través de la oración individual y en comunidad. “Si ustedes quieren que el Ecuador cambie, deben cambiar ustedes primero”, dijo.
La celebración fue promovida, igual que el año pasado, por la Misión por el Amor de Dios en todo el mundo, movimiento católico internacional que apoya el compromiso entre los laicos para difundir su fe a través de la oración. Los asistentes al encuentro de anoche recibieron un folleto con una invitación a rezar diariamente el Rosario, específicamente los Misterios Dolorosos.
Miller pidió al numeroso auditorio cerrar los ojos y escuchar una pieza musical. Según explicó, basada en una partitura encontrada en la imagen de la Virgen de Guadalupe, considerada por la Iglesia Católica la patrona de México y de América Latina.
Conforme transcurría la grabación, lágrimas se veían en los rostros de algunos creyentes. Luego de la comunión se pronunció una oración de consagración al Sagrado Corazón de Jesús, y terminada la misa, varias familias se quedaron a venerar un cuadro de la ‘Guadalupana’, que los miembros de esta Misión transportan por el mundo.