Este Domingo de Ramos, los devotos caminaron por las calles del Centro Histórico de Quito llevando en sus manos romero, olivo, laurel, totora, rosas, astromelias y laurel. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO
Una lluvia de agua bendita cayó sobre los fieles que llegaron a la Plaza de San Francisco alrededor de las 11:10 de este domingo 14 de abril del 2018. Así terminó la procesión que con motivo del inicio de la Semana Mayor del catolicismo salió desde la Basílica del Voto Nacional.
En esta mañana cálida de Domingo de Ramos, los devotos caminaron por las calles del Centro Histórico de Quito llevando en sus manos romero, olivo, laurel, totora, rosas, astromelias y laurel.
La palma de cera, que durante décadas fue la protagonista de estos ramos con los que se representa el ingreso laureado de Jesús a Jerusalén, este año no se vio en la procesión ni en la misa campal que se realizó hasta pasadas las 12:00.
Los vendían a un dólar, el mismo valor que costaba una bolsa de tela morada en forma de cucurucho para llevar botellas de agua colgadas al cuello.
En la misa, dedicada al protagonista de la Semana Santa en Quito, fieles y sacerdotes cantaban, acompañados de la música de un órgano el himno: “Oh, Jesús del Gran Poder, Padre nuestro de los cielos, tú me puedes conceder de prodigios y consuelos. Por la Cruz pesada y dura que tus espaldas oprime, en las horas de amargura danos la paz que redime”.
La fe hizo que mucha gente soportaba el sol radiante que ardía cuando las nubes de disipaban. Algunos compraron paraguas y sombreros que ofrecían los vendedores ambulantes que, incluso en momentos de silencio para la oración, gritaban ofreciendo también helados, bebidas y alimentos.
Desde la Basílica hasta la Plaza, personal de la Policía Nacional, incluidos aquellos que se encargan de temas ambientales, custodiaron a la gente. También hubo personal de la Agencia Metropolitana de Tránsito, del Cuerpo de Agentes Metropolitanos de Control y del Cuerpo de Bomberos.
Al finalizar, los sacerdotes desde la tarima en la que se colocó el altar, bendijeron los ramos mientras la gente cantaba con devoción: “En el cielo una vos repetía, más que tú solo Dios, solo Dios. A tu amor nos acogemos, María, ruega por nos”.
En la esquina, respetuosos, los tradicionales poncheros, con su pulcro uniforme, esperaban a la gente para ofrecerles el delicioso postre que llevan en sus coches blancos con celeste.
En el Santuario de Jesús del Gran Poder, en San Francisco, se realizarán misas a las 12:00, 13:00, 14:00, 17:00, 18:00 y 19:00, de Domingo de Ramos.