Actualmente, la libertad de los comerciantes minoristas se está viendo afectada por la falta de espacios para dialogar. Como representante nacional de los comerciantes siento que la libertad no existe en este momento.
Hoy, las organizaciones sociales somos perseguidas y excluidas de los beneficios del Estado. Además, estamos siendo coartadas de decir lo que opinamos ya que no tenemos espacios públicos para hacerlo.
La fiscalización y retiro de los productos es una forma de atentar contra la libertad, y esta actividad aún se sigue realizando en Quito y en otras ciudades del país.
Los minoristas podemos expresarnos libremente solo dentro de las asambleas que nosotros mismo realizamos. En esos espacios podemos ser libres, cuando podemos hablar y decir lo que pensamos.
Para que la libertad vuelva a sentirse en la ciudadanía, deben respetarse los principios que plantea la nueva Constitución. Es decir, que se permita a todos los ciudadanos participar en la construcción de un nuevo país.