El material de las rejillas de sumideros y tapas de pozos del sistema de alcantarillado de la ciudad está siendo cambiado, de hierro fundido a hierro dúctil.
Esto, debido a que el primero es fácil de fundir, pues basta con romperlo en partes con un mazo e introducirlo a un horno, mientras que el hierro dúctil tiene una resistencia mayor, por lo que se requiere de un proceso especial.
Además, las nuevas rejillas y tapas tienen una bisagra que se abre con llave.
Eso, según Luis Burbano, subgerente de Saneamiento de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps), desmotivará a los delincuentes a robar las estructuras.
De hecho, en la ciudad ya se han instalado 3 000 nuevas rejillas de sumideros y aún permanecen en el lugar.
Burbano aseguró que la medida se tomó porque en una semana existen robos de hasta 300 rejillas y se estima que en toda la ciudad hay unos 10 000 sumideros y pozos sin tapas, de un total de 120 000.
Por ejemplo, hace una semana, se robaron 11 rejillas en la calle Jaime del Castillo, en el sector de la Villa Flora, sur.
Algo similar ocurrió en el sector de El Calzado, en dónde a principios de año la Epmaps repuso 12 rejillas de sumideros, pero hace un mes fueron nuevamente sustraídas.
En este último lugar, la Epmaps tiene planeado instalar hoy las rejillas del nuevo material. Esto porque la idea, en principio, es reemplazar las estructuras en las zonas en que los robos son recurrentes.
Para ello, el ente municipal cuenta con 500 tapas de pozos y 500 rejillas de hierro dúctil. También se han adquirido 500 tapas de hormigón acrílico, otro material de características de dureza similar a la del hierro, pero que no es un metal por lo que no se puede fundir.
No se cambiarán todas las rejillas de la ciudad, debido a que el proceso es costoso y se necesitaría USD 3 000 000. Cada rejilla de hierro fundido cuesta USD 50, mientras que la de hierro dúctil USD 100.
Además, se deben realizar obras civiles menores para que las rejillas calcen y eso provocaría problemas en la movilidad.