Los cables enredados y los postes de la av. Colón, entre América y 10 de Agosto, ya no están. En su lugar hay luminarias decorativas que ocupan menor espacio en la vereda. Las más altas alumbran la vía y las más bajas, a los peatones.
En principio, las autoridades anunciaron que la regeneración de este tramo que empezó en enero pasado y que cubre tres cuadras concluiría luego de 90 días. Pero la obra se terminó este mes, y el miércoles el alcalde Augusto Barrera la inauguró.
Además, se hizo una intervención en el parque de La Circasiana y se abrió una puerta grande en la esquina de la Colón y la 10 de Agosto. Ayer por la mañana, unas ocho personas caminaban por el lugar o descansaban en una de las bancas blancas de hierro que están en el parque.
Vicente Valenzuela miraba los árboles y las plantas que decoraban el lugar. Él vive en el valle de Los Chillos. Algunas veces ya había visitado el parque, pero cree que ahora se ve mejor. “Antes había un jardinero, pero hace meses no le veía. Había un poco de descuido”, dijo. Pero ayer se alegró al ver el lugar en mejores condiciones y con más puertas.
A otros visitantes, como a Miguel Cajamarca, les parece interesante entrar a un lugar con historia. “Esta casa era de los Jijón, de esas familias de alcurnia de antaño”, recordó. Para él, es bueno que se adecenten los espacios públicos, porque así se vuelven acogedores para todos.
Este complejo patrimonial fue una quinta construida por Manuel Jijón Larrea, en 1890. Según el Municipio, en 1935 Jacinto Jijón y Caamaño la amplió.
La Alcaldía informó que la intervención en este primer tramo del bulevar de la avenida Colón y en el parque y la casa de La Circasiana costó USD 551 000.
En ambas aceras de la Colón se colocaron baldosas de piedra y adoquines de cemento. Se pintaron las fachadas y se trabajó en el parterre. Pero antes se colocaron tuberías para soterrar los cables de energía eléctrica, telefonía, televisión por cable e Internet.
Esta fue la parte que más tiempo tomó. En mayo pasado, la Administración Eugenio Espejo informó que además del fuerte invierno de inicios de año, hubo demoras al retirar los ‘tallarines’ que colgaban de los postes.
Pero la extensión de los plazos en la obra afectó a Martha Carrera. La mujer tiene una heladería cerca de la 10 de Agosto, desde hace cuatro años. Ayer contó que por el polvo, durante los trabajos, su salud se vio afectada y además las ventas disminuyeron mucho entre enero y septiembre, lo cual le generó pérdidas. Por eso decidió vender su negocio.
Más arriba, en uno de los almacenes de computadoras y accesorios que hay en el sector estaba Nora Terán. Ella dijo que fue terrible lo que tuvieron que aguantar, pero que ha valido la pena. Ella trabaja y vive en el lugar y cree que ahora está más organizado. “Está hermoso. Ahora hay más luz y menos peligro”.
Al inicio, Marcelo Cárdenas, propietario de un local de autolujos, hizo varias críticas, sobre todo porque consideró que no hubo una socialización adecuada. Pero ahora se muestra agradecido por la obra, pese a las demoras. Cree que, aunque la iluminación ayuda en temas de seguridad, es momento de que la comunidad trabaje con el Cabildo en proyectos.
El proyecto
La obra debía entregarse en abril pasado. Luego, la Administración Zonal ofreció el bulevar para fines de julio, pero se inauguró en septiembre.
Está previsto que el bulevar se haga en tres etapas: primero entre la América y 10 de Agosto, luego hasta la 6 de Diciembre y después hasta la 12 de Octubre.
En la Administración Eugenio Espejo y en el Instituto Metropolitano de Patrimonio aún no se informa cuándo se iniciará la segunda etapa del bulevar.