La nube de esmog ya es parte del paisaje, aunque oficialmente el aire de Quito en promedio está dentro de la norma. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
El aire en Quito está constantemente afectado por la contaminación que producen los automóviles, incendios forestales y quemas a cielo abierto. La calle Necochea, La Marín, San Roque, San Juan, El Guambra, Monteserrín y Cumbayá, son zonas que han sido más afectadas por este problema.
Según técnicos de la Secretaría de Ambiente del Distrito, el mayor aporte de contaminación se lo acredita al tráfico vehicular causado por el transporte público que funciona con diésel. Esto explica el porqué la zona de La Marín lidera en los promedios anuales del 2015 en concentración de dióxido de nitrógeno (NO2) y mantiene la primera posición en lo que va de este año.
La norma para promedios anuales establece que las mediciones de NO2 no deben superar los 40 microgramos por metro cúbico y en esta zona se alcanza los 95 microgramos por metro cúbico.
A esta le sigue la calle General Necochea (64 microgramos por metro cúbico), la cual es bastante transitada y se ha convertido en una zona conocida por la cantidad de humo que se percibe en su ambiente.
Carmen Coba cree que la contaminación en esta calle ha disminuido, pero aún representa un problema. Ella ha vivido en la General Necochea desde hace 40 años, aunque el esmog y la cantidad de vehículos que pasan por el lugar no la dejan vivir tranquila, no ha considerado mudarse.
Coba tomó algunas medidas como poner cinta adhesiva en sus ventanas y nunca deja la puerta abierta. Pero los resultados no han sido alentadores.
Las afectaciones a la salud son visibles. Siempre está con dolor de garganta y ha desarrollado algunas alergias, dice.
Esteban Serrano, otorrinolaringólogo, señala que vivir en zonas con alta contaminación ambiental aumenta la probabilidad de contraer enfermedades respiratorias agudas y crónicas a mediano y largo plazos. Quienes padecen de asma no deberían vivir en sectores con altos niveles de contaminación.
En el aire también se concentran las partículas conocidas como PM 2.5, las cuales pueden provocar daños en las personas, ya que es un material particulado muy fino que entra fácilmente por la nariz. Estas partículas se pueden encontrar en las emisiones de los buses que funcionan con diésel.
Según la Secretaría de Ambiente de la ciudad, el aire en Quito no supera en promedio la norma de calidad de 50 microgramos por centímetro cúbico. Pero hay sectores como Cotocollao, Carapungo, Centro Histórico, Belisario y San Antonio de Pichincha donde la norma sí es rebasada.
Los técnicos de esta entidad explican que estas zonas registran altos niveles, porque hay mucho polvo en suspensión debido a la existencia de canteras. En época de vientos las partículas tienden a moverse en el aire. Los vehículos también contribuyen.
Como medidas de mitigación se llevan a cabo controles a los automotores para reducir la emisión de gases.
Para la Secretaría de Ambiente, la modernización del Sistema Metropolitano de Transporte con la integración de biarticulados, metrocables, Metro y BiciQuito ayudará a reducir la contaminación del aire en el Distrito. La meta es disminuir en cerca de 1.4 millones de toneladas de CO2 para los próximos diez años.