La manabita Leticia Benavides, tras asistir a misa en la iglesia de San Francisco, en el Centro, quiso felicitar a su amiga María Lourdes Sánchez por su santo. Ayer se celebró a las Marías, en homenaje al nacimiento de la Madre de Jesús.
Leticia pensó en que una buena alternativa era invitarla a un desayuno. Compró aplanchados y leche. A las 09:00, María Lourdes, de 63 años, recibió a Leticia con un abrazo y una sonrisa. “Esto no me lo esperaba”.
Leticia no fue la única que sorprendió a María Lourdes. A las 06:30, otra de sus amigas la llamó por teléfono y le hizo escuchar una canción de la Virgen.
María Lourdes es devota y muy creyente. Decenas de imágenes religiosas, entre ellas, de la Madre de Dios, adornan las paredes de su casa. En su jardín hay un altar, con una escultura comprada en San Antonio de Ibarra. También tiene un oratorio. Allí, una vez por semana se reúne a rezar con sus amigos. Pero no solo en la decoración de su casa María Lourdes tiene presente a la Virgen. Siempre lleva colgada en su cuello una medalla de la Santa.
Las dos amigas se sientan en la mesa a compartir el desayuno. Leticia recuerda el día que se conocieron. Fue hace 5 años, en un grupo de oración en el Seminario Mayor. “Yo estaba afrontando mi divorcio y María Lourdes, con sus consejos, me dio su apoyo. Es una persona que se deja querer con facilidad”.
La homenajeada reconoce que su fe por la Virgen la ayudó a no perder las fuerzas durante una larga permanencia en el extranjero. También cuando le detectaron un cáncer, del cual se recuperó.
Al terminar su desayuno y recordar tiempos pasados, las dos amigas se despiden. Más tarde, María Lourdes, sin perder su sonrisa, tenía planeado asistir a una eucaristía en Radio María.
Ella es parte del Consejo Ecuatoriano de Laicos Católicos (Celca), se dedica a compartir la palabra de Dios con las familias de la parroquia de Fátima. Eso es parte de su devoción.