Las imágenes y monumentos proyectan a un hombre erguido, de frente amplia, con el cabello lacio y la barba y el bigote prominentes. Viste un uniforme militar y en un semblante serio sostiene una mirada firme, inquebrantable.
Muchos lo reconocen. “Es Eloy Alfaro”, dice Doménica Pineda, estudiante de sexto año de la escuela experimental que lleva el nombre del ex Presidente de la República, conocido como el Viejo Luchador. Homero Maldonado, director de la institución, asegura que uno de los mejores homenajes al ‘General de las 100 batallas’ es difundir su trayectoria, sus luchas y su filosofía entre los 705 estudiantes del plantel.
Al escuchar el nombre de Eloy Alfaro, los compañeros de Pineda, Elías, Rosi, Lesley, Nayeli y Sthefany casi a gritos empiezan a relatar la biografía y las principales obras del ex Presidente. Para ellos, la vida del ilustre personaje es un ejemplo a seguir.
El 26 de septiembre del 2003, el entonces presidente Alfredo Palacio emitió una resolución en la cual se reconoce y proclama al General Eloy Alfaro como héroe insignia del Ecuador. Además, se exhorta a los sistemas de educación e información a cultivar la memoria de las hazañas y triunfos del Viejo Luchador.
Mientras contempla el monumento levantado en el parque de El Ejido, en el sitio donde los restos de Alfaro y sus coidearios fueron incinerados el 28 de enero de 1912, Ángelo Medrano recuerda sus clases de historia. Con seguridad dice que una de las principales obras de Alfaro fue la instauración de la educación laica.
En Quito, un colegio nacional mixto, un centro experimental de enseñanza, un colegio militar y la Escuela Superior Militar llevan el nombre de Eloy Alfaro. La teniente Soledad Benalcázar, instructora de la Escuela Superior Militar, informa que la institución nació en 1838, en el gobierno de Vicente Rocafuerte. Luego de varios cambios y cierres, Eloy Alfaro decretó su reapertura en 1899.
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El honor y el patriotismo son los valores que rigen la filosofía de la institución. Varios artículos personales del General se conservan en un museo. Los óleos, murales, bustos y una gran estatua que encabeza el Campo de Alfaro son muestras del culto y homenaje al Viejo Luchador’. El coronel Xavier Pérez, subdirector de la Escuela Superior Militar, explica que en el Campo de Alfaro se realizan ceremonias especiales para recibir a personajes ilustres y conmemorar las fechas cívicas. En la Escuela Superior Militar, que tiene una extensión de 525 hectáreas, estudian 610 cadetes; 102 mujeres y 508 hombres.
Patricia Villagómez, directora del Museo y Templete de los Héroes del Colegio Militar, ubicado en la av. Orellana y Amazonas, informa que en 1981 la Escuela Superior Militar se separa del colegio y se instala en el campo de Parcayacu, vía a la Mitad del Mundo.
Los dos centros educativos conservaron el nombre del ex Presidente. Cerca de 3 000 alumnos se instruyen en este plantel. ‘Solo venciéndote, vencerás’, es la frase que se lee en las fachadas de las dos instituciones militares.
Con nueve parroquias y 459 332 habitantes, que se distribuyen en 58 005 hectáreas, la Administración Zonal Eloy Alfaro es una de las más pobladas del Distrito. Junto a las oficinas administrativas, en la av. Alonso de Angulo y César Chiriboga, se levanta la Plaza Cívica Eloy Alfaro.
Este espacio público, inaugurado en abril del 2003, se ha convertido en un punto de encuentro para los vecinos del sur. Allí se realizan festivales culturales, ferias gastronómicas y artesanales y exposiciones artísticas.
Además de los centros educativos y espacios públicos, Eloy Alfaro también le da el nombre a una de las principales avenidas del norte de la urbe. La transitada vía nace en un intercambiador vial, en la avenida 10 de Agosto. A diario, los tres carriles en cada sentido son ocupados por cientos de vehículos, a lo largo de 11 km de extensión.
En el centro norte, junto a la avenida se observan vistosos escaparates de boutiques, modernos edificios de condominios, restaurantes y centros educativos. Entre las avs. República y De los Shyris se observan peatones y deportistas transitando en el extremo sur del parque La Carolina.
Hacia el norte, el trazado de la vía se dibuja junto al parterre donde se observan frondosos y verdes árboles. En las horas pico, los vendedores ambulantes aprovechan la luz roja de los semáforos para ofrecer frutas, golosinas y otros artículos a los conductores.
Medios de comunicación públicos y privados también tienen sus oficinas en esta avenida. En el extremo norte, fábricas y concesionarias de vehículos hacen que la avenida atraviese por un sector industrial. Quienes no conducen un vehículo, a diario se movilizan en una de las cuatro líneas de bus.