La libertad la podemos ver desde dos puntos de vista. La libertad cívica, que la conseguimos en 1830, cuando nos liberamos del yugo español. Debemos recordar que antes de eso hubo hombres como Antonio José de Sucre y mujeres como Manuellas Sáenz que pelearon por ese tesoro muy grande que debemos conservarlo.Desde el lado social, la libertad es poder hacer lo que sintamos de corazón. Pero no la confundamos con libertinaje. En mi casa, mis padres me permiten hacer lo que quiero. Pero sé lo que está bien y mal. Me levanto todos los días, alisto mi uniforme, hago mis tareas, vengo al colegio… En las clases soy libre de preguntar si no entiendo. Nadie me puede negar el conocimiento. Con mis compañeros soy libre de pasarla bien, si hago lo correcto. Lo que más me gusta de ser brigadier es que puedo enseñar a los más pequeños. No tanto las normas militares, sino cosas como recoger la basura. Lo que me llena es que después de eso, ellos lo hacen por iniciativa propia.