No concibo a la universidad sin libertad. Es donde la gente se reúne para pensar, discutir y ser críticos.
La libertad es parte integral de la enseñanza y si se intentara coartarla se rompería el espíritu de lo que significa universidad. La tendencia es facilitar la discusión y los procesos democráticos.
Yo me siento libre al impartir la cátedra de biología. A los estudiantes también les permito la libertad de dialogar y de debatir. Somos lo más abiertos posible y esa es una manera fácil de aprender.
Ese pensamiento viene desde mi casa. Con mis padres y mis hermanos siempre hemos tenido una relación muy abierta. No acostumbramos una relación jerárquica, de autoridad de nuestros padres hacia nosotros. Más bien siempre fue de diálogo y no de imposición. Así nos educamos y ahora eso hago también con mi esposa. Estamos acostumbrados a debatir sobre temas políticos, religiosos y otros.
Eso permite independencia y a la vez tolerancia. Si no se está abierto a aceptar las opiniones de los otros es muy fácil llegar a confrontaciones.