Ser libres es poder respirar y caminar por las calles sin ningún tipo de impedimento. Pero no se limita únicamente a lo físico, sino que también involucra a las ideas y al pensamiento. Un ser humano libre puede pensar sin cuestionamientos y sin presiones. Su pensamiento se rige en base a sus principios y a sus creencias. Pero la libertad es también poder decir y hacer lo que queremos. El pensamiento es el eje de nuestra libertad y por eso lo formamos con valores y principios desde la juventud. No hay persona en el mundo que nos pueda imponer cómo y cuándo pensar de una manera determinada. Si eso pasa no hay libertad. Yo soy libre porque puedo decidir cuando ir a pasear con mi familia, claro cuando no estoy en la concentración del equipo. Soy libre porque, junto con mi esposa, hemos decidido cómo educar a nuestros hijos y qué valores inculcarles. En el fútbol hay libertades, pero también hay responsabilidades no con el entrenador ni con los dirigentes, sino con uno mismo porque la salud es parte de nuestra herramienta de trabajo.