El ambiente de Carnaval ya se siente en las plazas y parques de la ciudad. También en las afueras de algunos establecimientos educativos. En las calles Manabí y Benalcázar, en el centro, Daniel Paredes y sus amigos Cristian Santillán y Jason Banegas permanecían arrimados a una pared.
Esperaban que salieran de clases las estudiantes del Colegio Simón Bolívar. En sus manos sostenía envases con carioca. Cuando Jhoanna Narváez pasó por delante de ellos, Paredes dio un paso al frente y le roció espuma rosada en el cabello y en parte del rostro.
La joven agachó la cabeza y aceleró el paso para evitar que le echaran más espuma. Los chicos festejaron entre risas y volvieron a arrimarse a la pared, a la espera de que pasara otra chica.
En el Colegio Hermano Miguel La Salle, en el sector de la Basílica, a la hora de salida, un grupo de estudiantes jugaba carnaval. Lanzaba espuma a quienes transitaban distraídos, como Emily Uribe (10). “Ay Nicolás”, gritaba la niña. Nicolás Alvarado parecía no escuchar la queja. Sin perder tiempo corría detrás de Anthony Bolaños. “Vas a ver cuando te alcance”, decía el niño, quien ya gastaba tres envases de carioca.
Las plazas públicas son otro espacio donde se jugó carnaval. En la Alameda, quienes paseaban en bote por la laguna, pasaban intencionalmente por las piletas para darse un chapuzón. Óscar Navarrete y sus amigos remaban con dirección a la pileta, para que los chorros de agua mojaran a las chicas. Ellas, inútilmente, intentaban desviarlos.
Michel Santiago (10), estudiante de la escuela Mercedes González, y sus compañeros aguardaban a que las chicas salieran de la pileta para volverlas a mojar.
En el bulevar de la Naciones Unidas, un grupo de niños también aprovechaba los chorros de agua para mojarse. Los fuertes gritos de las chicas cuando les mojaban llamaban la atención de los transeúntes, quienes sonreían al ver el espectáculo.
Desde hoy y hasta el próximo miércoles, las piletas de las plazas públicas de la ciudad estarán apagadas, por disposición del Municipio, para evitar el juego de carnaval en esos espacios públicos. La Policía Metropolitana realiza controles para frenar las agresiones con agua en las calles y plazas. Los uniformados obligan a los jóvenes a vaciar los recipientes y las pistolas que contienen agua.
Jugar carnaval en espacios públicos es considerado una contravención. La Intendencia de Policía es la encargada de aplicar las sanciones.
Paredes, Santillán y Banegas saben que pueden ser sancionados. Por ello, escondían la carioca y solo la sacaban cuando pasaban las chicas por su delante.
Productos para carnaval
En los estantes de las tiendas y de los locales comerciales del Centro Histórico se puede apreciar una gran variedad de productos para jugar carnaval. Las opciones van desde pistolas de agua, espumas, chisguetes y las tradicionales fundas de bombas.
Leonardo Lara, comerciante, comentó que para esta fecha se dotó de cinco cajas de cariocas y 100 pistolas de agua. “Las espumas cuestan USD 1 o USD 1,50; las pistolas grandes USD 2 y la funda de 100 bombas de buena calidad, USD 0,60”.
Los productos para el Carnaval también se expenden en los bazares, tiendas y otros locales cercanos a los establecimientos educativos. Bombas y carioca son la principal oferta de los comerciantes en estos días. La demanda aumentó en esta semana.
El feriado
Sanciones. Según el Código Penal, la sanción para quienes juegan con agua es de USD 4 a USD 7 y un día de prisión.
Operativo. A partir de hoy la Policía inicia el operativo de seguridad en las vías.
Precios. Los comerciantes ofrecen pistolas de agua, carioca, bombas y chisguetes para jugar carnaval. Los precios oscilan entre USD 0,60 y USD 2, según la calidad.