Los jóvenes se concentran más en el sur de Quito, pero sus sitios de diversión están en el hipercentro

El parque La  Carolina es uno de los lugares frecuentados por jóvenes deportistas. Foto: Evelyn Jácome / EL COMERCIO

El parque La Carolina es uno de los lugares frecuentados por jóvenes deportistas. Foto: Evelyn Jácome / EL COMERCIO

El parque La Carolina es uno de los lugares frecuentados por jóvenes deportistas. Foto: Evelyn Jácome / EL COMERCIO

Cuando a un grupo de 20 amigos que se encuentran en el Parque La Carolina se les pregunta cuáles son los lugares donde los jóvenes de Quito pueden divertirse, mencionan tres: las canchas de ese lugar, los bares de la Foch y los negocios cercanos a las universidades. Y explican: en el primer lugar se reúnen los deportistas, en el segundo los fiesteros y en el tercero los chumados. Bromean, se miran unos a otros y con resignación lo confirman: “No hay más lugares”.

En la capital, donde viven más de 2,6 millones de personas, 604 882 tienen entre 18 y 29 años, según las proyecciones que maneja el Instituto de Planificación Urbana. El INEC, la única entidad autorizada para hacer proyecciones, no tiene ese dato poblacional por parroquias, sin embargo, el Municipio de la capital sí.

Según esa información, la parroquia en donde viven más jóvenes es la de Calderón, donde habitan 58 879 muchachos, seguida de Quitumbe, El Condado, Conocoto y Guamaní. Todas ubicadas en los extremos de la urbe. Sin embargo, los centros que brindan alternativas de diversión o quehacer a los jóvenes se aglutinan en el hipercentro (ver infografía).

Los centros comerciales, las discotecas, las salas de cine y los alrededores de las universidades son los espacios preferidos donde la juventud convive, pero para visitarlos, se necesita dinero. En La Mariscal, la zona con mayor presencia de centros de diversión nocturna de Quito, funcionan 191 bares, 82 discotecas y 844 locales donde venden comida y bebidas alcohólicas.

Esa zona recibe una población flotante diaria de cerca de 6 000 personas, pero los jueves, viernes y sábados, aumenta. Un viernes de fin de mes pueden llegar unas 25 000 personas, según Iván Alemán, miembro de la Asamblea Barrial de La Mariscal. El 85% de los visitantes son jóvenes.

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Anabel Altamirano es cliente frecuente del sector. Sale a bailar todas las semanas con sus primas y amigas. Gasta en promedio USD 25 por salida, incluido el ingreso al bar, la bebida y el taxi de regreso a casa.

En el caso de los hombres, el gasto es mayor. Manuel Vivanco, administrador de empresas de 28 años, asegura que gasta al menos USD 40, ya que paga el consumo de su enamorada.

En Quito hay otro sector en Cumbayá en donde los jóvenes que tienen mayor poder adquisitivo acuden a divertirse. Se reúnen en bares, en el parque y en los alrededores del centro comercial del sector.

Otra de las opciones que tienen los chicos es salir a comer e ir al cine. Para ambas cosas el presupuesto es alto.

Una salida el cine con pareja y consumiendo ‘snacks’, puede costar más de USD 30. La Plaza de las Américas es otro de los puntos de encuentro de la juventud. El lugar cuenta con 21 locales de venta de comida. Los días de mayor afluencia son los viernes y martes cuando hay promoción en los cines.

Una comida, para dos personas, en ese lugar puede costar entre USD 10 y 50. El bolsillo del estudiante no da para tanto. Quien hace esa afirmación es Wladimir Ríos, alumno de la Facultad de Comunicación de la Salesiana. Tiene un trabajo los fines de semana en una tienda, con lo que paga sus gastos personales, pero no le alcanza para salir a divertirse semanalmente. Opta por reunirse en la casa de algún amigo a tocar la guitarra y beber. La cuota es de USD 5.

Quince jóvenes que conversaron con este Diario admitieron que el plan de fin de semana más económico es reunirse a consumir licor. Compran jabas de cervezas o trago barato que cuesta desde USD 4 la botella y buscan la casa de alguien, un carro o una vereda, pese a que consumir licor en el espacio público es prohibido.

La normativa municipal prohíbe el consumo de cualquier tipo de bebidas alcohólicas, incluso aquellas consideradas de moderación, en el espacio público y al interior de cualquier vehículo. La sanción para quien infringe esa norma es del 50% de una Remuneración Básica Unificada (USD 197), y si hay reincidencia, USD 394.

La Agencia Metropolitana de Control indicó que se han detectado varios lugares donde los jóvenes acostumbran libar, entre ellos, la avenida De los Shyris, La Mariscal, los alrededores de la Universidad Central, entre otros.

El año pasado se abrieron 389 expedientes por libadores y se sancionó a 315. En lo que va del 2019 se ha sancionado a 87 por esa misma causa.

Otro de los espacios frecuentados por jóvenes son los parques de la ciudad, en especial los metropolitanos. Sin embargo, hay algunos que resultan más atractivos que otros.

La Carolina es el lugar al que más chicos llegaron el primer semestre del año: más de un millón. En ese mismo período llegaron 440 000 adultos.

Milton Garrido, de 22 años, acude al menos tres veces por semana a ese espacio en compañía de sus amigos. Cuenta que reservan la cancha de básquet y acuden al salir del trabajo, pasadas las 17:00. A veces llegan a las 21:00. El joven admite que pese a que la cantidad de jóvenes que visitan ese espacio es amplia, el deporte no es un atractivo para todos.

Otros de los parques más populares son el Bicentenario, Las Cuadras y el Chaquiñán.

Para el urbanista Hugo Cisneros, el problema es la falta de espacios en la ciudad. Solo si hay ofertas deportivas y culturales, actividades que tomen en cuenta los intereses de ese grupo, el espacio público sería recuperado por la juventud.

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