El Municipio de Quito iniciará la construcción de un nuevo intercambiador en la intersección de la avenida Mariana de Jesús y la Occidental.
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El objetivo es aliviar la congestión vehicular y mejorar los tiempos de desplazamiento en uno de los sectores más transitados de la ciudad.
¿Se beneficiarán los usuarios de la construcción del intercambiador?
Esta obra, que arrancará el 15 de noviembre de 2024 y se prevé que finalice el 15 de julio de 2025, beneficiará, según estimaciones de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop), a más de 45 000 residentes y 73 000 vehículos que circulan diariamente en la zona.
Claudia Otero, gerente de la Epmmop, asegura que la construcción no implicará cierres totales de la vía y que el flujo vehicular se mantendrá en la mayoría de los sentidos de circulación.
“Solo se desviará el sentido norte-sur por la entrada de la UTE mientras se construye el deprimido que conectará Mariana de Jesús en dirección oriente-norte”, explicó. Además, señaló que la obra recuperará entre 16 y 20 minutos en tiempos de viaje.
Expertos analizan la necesidad del proyecto
A pesar de los objetivos municipales, el proyecto generó opiniones divididas entre expertos en movilidad.
Andrés Campaña, especialista en el área, cuestiona la necesidad de un nuevo intercambiador en el sector.
“El redondel ya existente cumple una función similar”, sostiene Campaña, quien propone mejorar la infraestructura actual en lugar de construir una nueva.
Según él, “Quito enfrenta necesidades más urgentes, como el acceso a los valles y la mejora de la seguridad en movilidad“.
Guillermo Abad, exsecretario de Movilidad de Quito, también critica el proyecto. Advierte que el intercambiador solo trasladará la congestión hacia otras arterias de la avenida Mariana de Jesús.
“La ciudad ya no soporta este tipo de infraestructuras, está colapsada”, afirmó Abad. En su opinión, una regulación más estricta del estacionamiento en las inmediaciones del Hospital de la Policía sería una solución más efectiva para aliviar el tráfico en el área.
Alfredo Banderas, otro experto en movilidad, señala que uno de los problemas clave es el estacionamiento desordenado alrededor del hospital.
“Si se habilitaran ingresos secundarios al hospital, se evitaría el bloqueo de uno de los carriles de bajada en la Mariana de Jesús”, sugirió.
Desarrollo en fases para minimizar el impacto
La construcción del intercambiador está diseñada en tres fases que incluyen modificaciones temporales en el tráfico y rutas alternas, coordinadas con la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) y la Secretaría de Movilidad.
Washington Martínez, director de la AMT, informó que durante la obra se desplegarán 13 agentes y 87 elementos logísticos para garantizar una circulación ordenada y orientar a los conductores sobre los desvíos.
Con una inversión de 3.5 millones de dólares, este proyecto marca el primer intercambiador construido en Quito en ocho años.
Además del paso deprimido y ocho rampas, la obra incluirá mejoras en infraestructura peatonal y de transporte público.
La verdadera apuesta: mejorar el transporte público
Los tres expertos coinciden en que la movilidad en Quito necesita cambios estructurales, y la solución no radica en construir más infraestructura vial, sino en fortalecer el sistema de transporte público.
Según ellos, la ciudad debería invertir en la creación de carriles exclusivos para buses, mejorar las estaciones y reestructurar el sistema de rutas y frecuencias para que el transporte público sea una opción más eficiente y complementaria al Metro de Quito.