En la av. Teniente Hugo Ortiz, en el sur de Quito, el movimiento de personas es continuo desde las 08:00. En el lado oriental, en la intersección con la calle Cusubamba, se ubica la agencia sur del Registro Civil. Allí empieza el barrio Turubamba Bajo.
Los comerciantes aprovechan el flujo de personas para vender productos de todo tipo. Instalan sus puestos junto a la puerta de ingreso a la entidad. También hay quienes ofrecen el servicio de emplasticado de documentos
Elvia Zambrano (28) es una de las vendedoras. Todos los días, de 08:00 a 10:00, desde hace tres años, vende cebiche de camarón. Todas las mañanas viaja desde barrio San Martín de Porres, en el sur. “La venta aquí es buena”.
Hace 5 meses, los vendedores ambulantes de comida fueron reubicados en 14 puestos en la esquina de la calle Cusubamba. Los clientes pueden degustar los alimentos en mesas de cemento con parasoles. Marta Salas (50) vende hornado en el sector desde hace 25 años. Aunque la venta es buena, considera que vendía más en la puerta del Registro Civil.
Turubamba Bajo está delimitado por la calle Cusubamba, al norte; la av. Morán Valverde, al sur; la av. Teniente Hugo Ortiz, al oeste; y el barrio María Elena Salazar, al este. Tiene 500 predios y unos1 500 moradores.
Al frente está Turubamba Alto. Allí los moradores permanecen intranquilos. Un estudio técnico demostró que el barrio fue levantado sobre vertientes de agua y lagunas.
La inestabilidad del piso se empezó a reflejar en las fisuras que aparecieron en 193 casas. Supuestamente, porque el terreno está cediendo.
La actividad comercial es una de las características de barrio. Los locales son continuos en los dos lados de la transitada av. Teniente Hugo Ortiz. La mayoría es bazares, tiendas, fruterías, peluquerías y puestos de comida.
Nelly Castillo (60) vive y tiene un negocio de mochilas en la calle Moromoro. No se queja de las ventas. Le gusta su barrio, pero siente inseguridad. Hace un mes, delincuentes se sustrajeron parte de su mercadería y huyeron. Cree que falta iluminación.
Algo similar opina Susana Mendoza (26), quien vive en el pasaje Oeze, una de las calles alejadas a la principal. Hace 8 meses, su hijo de 16 años sufrió un asalto en la puerta de su casa. El negocio de cabinas telefónicas que mantiene en su hogar tampoco marcha bien. Lo atribuye a la competencia. Ya planifica mudarse a otro barrio.
Al adentrarse en el barrio, el ruido de los comercios se pierde y el movimiento de personas y de vehículos se reduce.
Según el Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana (OMSC), de enero a diciembre del 2011, en Turubamba Bajo, se reportaron 15 delitos contra las personas y 11 robos de vehículos.
El pasado martes, al mediodía, Ruth Narváez (57) caminaba por la calle Borbón, apoyándose de un bastón. Sufre de artrosis. A ella le gusta el barrio. Lo considera tranquilo. Su única insatisfacción es con el centro de salud. “Ya son dos meses que no consigo turno, a pesar de madrugar a las 05:00”.
En Turubamba Alto hay 750 predios, donde viven 3 500 personas. Ana Palma atiende un local donde vende películas desde hace 3 años. Asegura que las ventas son buenas, pero también se queja de la inseguridad. El pasado 11 de enero fue asaltada. Un desconocido la amedrentó con una pistola y le arranchó la cartera.
Según el Observatorio, en el año pasado se reportaron 25 delitos contra la propiedad, 36 delitos contra las personas y 18 robos de automotores en Turubamba Alto.
A pesar de ello, a Elba Lucero (60), quien vive en la calle Moromoro desde hace 22 años, le gusta este barrio. Destaca todos los servicios con los que cuenta. “Es muy fácil desplazarse a otros sectores de la ciudad, porque el trolebús y varias líneas de buses convencionales pasan por aquí”. El barrio está cerca de un centro comercial y del Mercado Mayorista.
Turubamba Alto es más residencial y alberga a casas de hasta cuatro pisos. Marta Cabascango vive en la manzana B desde hace 20 años, en la calle S26J. Es una de las propietarias de las casas afectadas por las fisuras. Las paredes de la cocina y del dormitorio están cuarteadas. Ella no quiere irse del barrio. Lo considera tranquilo y con buena vecindad.
Desde una unidad del articulado del trolebús, que circula por el sector a media mañana, parecería que Turubamba no descansa. El ir y venir de personas por las aceras es intenso, en los locales comerciales siempre hay gente y el tránsito se congestiona en los carriles destinados para los vehículos. A los costados de la av. Teniente Hugo Ortiz se levantan condominios. En definitiva, Turubamba es una mezcla de sector residencial y comercial.