Así lucía el viernes la zona de andenes y la vía de los trenes en la Estación del Metro en El Labrador, en el norte. Esta es la última del sistema. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Una lista de 10 parámetros con un promedio de 10 indicadores de gestión cada uno será la herramienta para medir la calidad del servicio del Metro de Quito, cuando entre a operar en octubre próximo.
A través de una metodología, que incluye una fórmula de cálculo, se evaluará el cumplimiento de 105 variables en la operación del Metro y, en el caso de fallas, habrá sanciones.
Según el gerente de la Empresa Metro de Quito, Édison Yánez, las multas le serán imputadas al operador internacional, a través del fideicomiso que se creará para centralizar el recaudo.
Sin embargo, aún no se ha seleccionado la empresa que se hará cargo. Yánez informó que el 26, 27 y 28 de febrero del 2020 estarán en Ecuador representantes de las 10 empresas interesadas en ese contrato, para participar en la primera ronda de negociación. En marzo se lanzará el concurso y, dependiendo de la aprobación del Sercop, el proceso finalizaría en abril.
Para el consultor en temas de movilidad Roberto Custode, es complejo controlar la calidad del servicio. Los parámetros requieren de un manual de fiscalización en el que se define quién debe hacerlo, cuándo y cómo. En limpieza, por ejemplo, debe especificarse cuántas veces se medirá, a qué hora y en qué área. “Cada detalle debe constar en un manual extenso y complejo de elaborar”.
Al tratarse de la contratación de un operador y no de un modelo de concesión, explica Custode, la evaluación debe ser más detallada, porque la empresa seleccionada recibirá un pago fijo mensual.
De esta tarea se va a encargar la Empresa Metro de Quito, pero Custode señala que para cubrir todos los frentes, lo más probable es que se necesite de un personal numeroso.
Este plan de medición de la calidad llega cuando las obras del Metro tienen un avance del 92,5% y esta semana se electrificará el túnel, por tramos. El plan era que la obra estuviese terminada en marzo, pero hay tres temas pendientes.
En la estación Universidad Central faltan obras en superficie, como el acceso y el andén principal de la parada. Allí, luego de dos años de para, se llegó a un acuerdo con las autoridades para trabajar en el campus.
En Solanda se requiere culminar el trabajo en superficie, pues debe resolverse el futuro de una cancha que le pertenece a una fundación, pero que está en manos de una liga barrial, en comodato.
El tercer tema pendiente es definir qué pasará con el fondo de saco, que es un espacio al final de la estación El Labrador, la última en el norte.
En ese punto se debe colocar una loza, pero por ese orificio debería entrar la tuneladora, si se concreta el plan para extender la Línea 1 del Metro hacia La Ofelia, explica Yánez. Él espera que las definiciones al respecto lleguen a fin de mes.
Cada parámetro de calidad se entrelaza con los demás, con el fin de garantizar limpieza, confort o confiabilidad de las instalaciones, puntualiza Raúl Talavera, director técnico del Consorcio GMQ.
Mientras hay puntos medibles, como la verificación de que las escaleras eléctricas o ascensores tengan un nivel de fiabilidad del 99%, hay otros subjetivos, como la atención al público, que debe evaluarse con encuestas de satisfacción.
En cuanto a seguridad, Talavera señala que una operación de este tipo tiene planes habituales que deben aplicarse en todo el mundo. Por ejemplo, en las estaciones hay elementos de seguridad que no saltan a la vista, pero que evitan accidentes, como el pavimento diferenciado en los ingresos a desniveles, gradas o ascensores. También hay pavimento podotáctil para personas con visión reducida.
En temas difíciles de prever, como caídas accidentales o intentos de suicidio, también se han tomado medidas. Además de la importancia de concienciar a la ciudadanía sobre los riesgos, Talavera explica que hay detalles como una especie de canal junto a las rieles, donde una persona podría refugiarse mientras pasa el tren y no sufrir ningún daño.
Parámetros
Disponibilidad de flota. Trenes circulando en hora pico y valle, tiempo de viaje, de para o de vuelta al sistema.
Disponibilidad de infraestructura. Ascensores, escaleras, controles de acceso, máquinas de venta, etc.
Disponibilidad de operación. Km operados sin averías, regularidad del servicio, información al usuario.
Demanda. Pasajeros transportados con tarifa completa o media, grado de ocupación de los trenes.
Eficiencia energética. Consumo de energía por pasajeros, km recorrido, estaciones, pozos y tracción.
Incidencia en la operación y seguridad. Señalización, energía, operación, velocidad, intrusos en vías.
Seguridad de usuarios. Heridos, fallecidos, accidentabilidad, suicidios, grafitis en trenes y estaciones.
Seguridad de infraestructura. Roturas de carril, colisiones, incendios, tiempos de respuesta.
Material rodante, telecomunicaciones e infraestructura. Mantenimiento preventivo y correctivo.
Limpieza. En estaciones, trenes, ascensores, escaleras mecánicas y gradas, tiempo de respuesta.