Los incendios en Quito, sin duda, traen repercusiones ecológicas y afectaciones en el ser humano.
Ivone Yánez, especialista en cambio climático, comenta que los incendios forestales no pueden ser analizados aisladamente del calentamiento global. Para Yánez, hay que considerar el incremento de la radiación solar y la escasez de lluvia, que no solo se ha evidenciado en Quito, sino que es un comportamiento de otras partes del mundo como Indonesia o en la Amazonía de Brasil.
Natalia Bonilla, miembro de Acción Ecológica y especialista en el área de Bosques y Plantaciones, comenta que el proceso de recuperación de la flora puede tardar años y que los incendios naturales o provocados causan un deterioro directo en las condiciones ambientales de Quito. Eso, porque los árboles son los pulmones de la ciudad y realizan una limpieza constante del aire.
Las llamas dejan el suelo más delicado y erosionado, por lo que se puede poner en riesgo a las comunidades aledañas, porque cuando llueve es más fácil que se produzcan deslaves, añade.
Juan Pablo Moncayo, gerente regional de Quito de Sambito, comenta que al producirse un incendio en quebradas se elimina el hábitat de mamíferos y aves, lo cual obliga a una migración obligatoria. Se pierde una fuente de alimentación, cuya calidad responda a la cantidad de flora existente. El medio también se ve afectado físicamente, dice Moncayo, pues después de un incendio se producen variaciones en los niveles de agua y temperatura.
Bonilla asegura que las partículas de humo que se quedan en la atmósfera dañan el sistema respiratorio de las personas. Moncayo añade que este material particulado generado por la combustión produce un grave impacto : “el humo ingresa a los pulmones y puede generar células cancerígenas”.
El miedo y el estrés que causa vivir un incendio como los que se ha presenciado en la ciudad también deben considerarse. Los niños y las personas de la tercera edad son más sensibles a los daños, comenta Yánez.
Para la especialista en cambio climático, las áreas de plantaciones son más propensas a los incendios que los bosques naturales. Según declaraciones de los Bomberos de Quito, las áreas incendiadas contaban con gran cantidad de eucaliptos, un árbol que bebe de 40 a 80 litros de agua al día, en promedio.
Este comportamiento causa un suelo erosionado y susceptible a los incendios. Por eso, en áreas como las del Parque Metropolitano y las faldas del Pichincha se puede ver suelos secos, amarillos y erosionados. Según Yánez, estas especies no tienen un ciclo de putrefacción y por eso existe mayor probabilidad de que un incendio se expanda.
Justamente por ello, Bonilla afirma que no hay crisis que no cree una oportunidad. En su opinión, los incendios sirven para repensar una estructuración forestal en la ciudad. Es decir, se debería pensar en proyectos para reemplazar las zonas afectadas por bosques nativos.
Para lograrlo, la comunidad y el Gobierno deben actuar juntos. Las autoridades nacionales son quienes deberían apoyar con recursos y los ciudadanos son los indicados a apropiarse del lugar destruido y cuidarlo. La única forma de hacerlo es creando una relación continua con la naturaleza.
Fuegos forestales afectan a escala mundial
Hasta el jueves, en California, Estados Unidos, se contaba el quinto día de fuego. Aunque 300 bomberos forestales trabajan las llamas, lograron destruir cerca de 700 hectáreas de pastizales.
Los incendios en el noroeste de Nebraska triplicaron su tamaño en menos de 24 horas, debido a los fuertes vientos. Cerca de 450 kilómetros cuadrados se quemaron ayer. Persistía la emergencia.
Las destrucciones no parecen tener fin en España. Hasta principios de este mes, las llamas seguían ardiendo en la Costa del Sol, en el sur del país. Se han quemado 153 000 hectáreas.
Los datos
2 000 incendios han atendido los bomberos en Quito, en este verano. Han sido eventos de distinta magnitud. Usan 8 camionetas, 20 tanqueros, 20 autobombas y 60 motos.
87 por ciento de las áreas quemadas son pajonales, matorrales y pastizales bajos.En las últimas horas se registraron incendios en Cutuglahua, Miravalle y en Cunuyacu.
55 por ciento corresponde a zonas de pajonales y basura. El incendio más fuerte de este verano fue el que comenzó el sábado pasado en Puembo y fue apagado ayer.
33 incendios, según cifras oficiales, se registraron a diario en Quito, en agosto. Ayer, se evidenció la destrucción de una hectárea en la ciudad. Hubo otras emergencias.