¡Oh Virgen Santísima de Lourdes acordaos de que vuestro siervo, Gabriel García Moreno, juró defender vuestra Inmaculada Concepción… Murió víctima de la Fe y de su caridad cristiana con la Patria…! Así reza una oración que se muestra en una estampita con la imagen del ex presidente del Ecuador, Gabriel García Moreno.
Este fue el recuerdo que dejaron unos visitantes extranjeros cuando visitaron los objetos personales del ex Presidente, y que se guardan en la Biblioteca Aurelio Espinoza Pólit, ubicada en Cotocollao, norte de la ciudad.
En un rincón de la sala de Historia del museo, una tenue luz entra por la ventana e ilumina un estante de madera. Dentro de él, se encuentran dos chalecos y joyas, entre ellas cuatro condecoraciones entregadas por el Papa Pío IX.
Dos urnas de vidrio también forman parte de las reliquias: dentro de una de ellas hay restos del ataúd donde fue puesto el cadáver del ex Presidente y en la otra el machete marca Collins, con el que Faustino Lemus Rayo lo asesinó, el 6 de agosto de 1875.
Para Roosvelt Ramón, guía del museo, la gente se impresiona con estos objetos. Uno de ellos es una parte del cráneo de Moreno y pañuelos y camisas que aún están manchados con su sangre.
Pero lo que más llama la atención, según Ramón, es un cuadro del siglo XIX, pintado por Rafael Salas, con la imagen del ex Mandatario, en su estatura original: 1,78 metros. “Muchos de los visitantes, se paran frente al cuadro y le rezan, lo tocan y se santiguan”.
Entre ellos, unos australianos, quienes apenas entraron a la sala hicieron la señal de la cruz sobre sus pechos. “Me dijeron que en este país, a Moreno lo consideran un santo, y es muy estudiado.
Francisco Salazar, quien descubrió el cadáver de Moreno en 1975, que se encontraba en el convento de Santa Catalina desde 1883, cuenta que conoce gente de Estados Unidos y Francia que consideran al ex Presidente como una figura divina, para pedirle favores e imploraciones.
“Vinieron al país, europeos católicos. Ellos contaron que se está preparando una película sobre García Moreno”.
El historiador, descendiente del general Francisco Salazar, amigo cercano del ex Mandatario, afirma que en la religión católica, declararle santo a una persona, no es solo porque fue muy apegado a la religión, sino porque tuvo una vida ejemplar y quiso que el país tenga una orientación católica.
“En su gobierno, el Ecuador fue Consagrado al Sagrado Corazón de Jesús y que fue el gran constructor de la nación, dividiendo al país en provincias e iniciando las bases del futuro ferrocarril”.
Francisco Salazar dice que lejos de la imagen de hombre duro y violento, tachado como tirano la mayoría de veces, la última etapa de su vida, García Moreno se convirtió en un individuo sereno y tranquilo. “En Lima, una semana antes ya se sabía sobre el asesinato de García Moreno, cuando lo mataron llevaba en sus manos un decreto presidencial en el que pedía disculpas al pueblo por sus errores”. asegura.
En la esquina de las calles Junín y Flores, en el Centro, hay un restaurante con un nombre peculiar, Dios no muere. Esa fue la última frase que dijo Moreno antes de morir. El dueño, Mathieu Guillory, es estadounidense católico radicado en Ecuador hace 10 años.
Sin poder pronunciar bien el español, cuenta que en su país leyó libros de historia sobre este personaje. De ahí, vino su admiración y las ganas de conocer su país. “Él tuvo una vida muy virtuosa, un ecuatoriano excepcional”.
Al entrar a su casa. Cuadros y esculturas con la imagen del ex Presidente engalanan cada rincón
Guillory, señala que le reza a Moreno. En sus oraciones le pide trabajo y salud para su familia. “Somos 15 personas, entre extranjeros y ecuatorianos que nos reunimos los segundos sábados de cada mes para conversar sobre el Santo García Moreno.
En un papel de su escritorio se muestra la frase: “Hay que rezar a Moreno, pero solo en privado. Si se obtiene un milagro informe a la Autoridad Eclesiástica para los fines consiguientes. Así suele Dios glorificar a sus siervos.”.