En el Ecuador, de manera coincidente, en cada ocasión que se ha inaugurado un nuevo estilo político, simbólicamente se ha expresado en la Bandera. El actual Régimen presta especial atención al 26 de septiembre, fecha que recuerda el establecimiento definitivo del pabellón tricolor de Miranda y Bolívar en 1860.
¿Pero cuál fue el primer emblema que expresó la existencia de un país en el actual territorio ecuatoriano? Aunque es difícil responder a esta pregunta, por motivos históricos, si acudimos a los cronistas de la conquista, encontraremos que las tropas quiteñas de Quisquís, y Calicuchima colocaron una bandera blanca, bien sola o adornada con una pluma dorada de curiquingue en la fortaleza cusqueña de Sagsaguamán, como presencia del régimen de Atahualpa.
En la etapa colonial, el pabellón de España lució en nuestras montañas y selvas hasta que los gestores de la Revolución de Quito ostentaron en la Batalla de Ibarra una bandera roja con asta blanca, lo cual se confirma en la enumeración de pertrechos tomados por Juan de Sámano a los patriotas en esa ocasión.
Sin embargo el historiador Manuel María Borrero, en su ‘Quito Luz de América’, afirma que los colores de aquella bandera fueron amarillo y negro.
Con el triunfo de la Revolución del 9 de Octubre de 1820, la Junta de Gobierno adoptó como enseña cinco fajas horizontales, tres azules y dos blancas con las estrellas en la faja azul del medio. Se atribuye a Olmedo el haber dicho cuando fue consultado sobre el emblema que representaría a la ciudad: “Lo tomaremos de ese puro y límpido cielo y la formaremos con sus colores”.
Con este símbolo los guayaquileños y su división protectora de Quito, emprendieron la tarea de liberar la Sierra, logrando éxito en Camino Real y derrota en Huachi. Al incorporarse lo que fue la Audiencia de Quito a la República de Colombia, la bandera amarillo, azul y roja, reemplazó a la de Guayaquil, que como se dijo antes fue creación de Francisco de Miranda, que la enarboló en 1806.
Muchos creen que el precursor se inspiró en la bandera rusa, contándose anécdotas picantes sobre la relación con su protectora, la emperatriz Catalina II.
La bandera tricolor con variaciones fue adoptada por los congresos de Angostura y de Cúcuta, en 1819 y 1821, para Colombia y se mantuvo en el Estado del Ecuador hasta el año de 1845.
Ese año, Olmedo, Roca y Noboa, quienes derrocaron al presidente general Juan José Flores, decidieron que un nuevo pendón representaría al Ecuador y que estaría compuesto de tres cuarteles: el del centro azul celeste y blancos los dos extremos, en el azul se colocarían siete estrellas como símbolo de las provincias que componían para entonces la República.
Por los graves sucesos acaecidos a fines del año de 1859, tanto García Moreno como la Convención Nacional de 1861, consideraron que la bandera bicolor había sido humillada por Guillermo Franco y por lo tanto decidieron que regiría nuevamente el tricolor.
Esto fue ratificado en el Congreso de 1900 en plena hegemonía liberal y es con el que actualmente se identifican los ecuatorianos, habiendo cobrado un fuerte simbolismo deportivo en los últimos años.
El himno A la Bandera que hoy se canta con fruición patriótica fue escrito por Angel Rafael Rivadeneira P., en época en que se ponía especial énfasis en establecer valores laicos vinculados con lo patriótico en la sociedad.