Testimonio. Roberto Oñate.
Trabajo como repartidor de gas a domicilio desde hace siete años. Cuando voy a cargar los tanques en la distribuidora del sur, cruzo manejando por toda la av. Maldonado.
Es complicado manejar porque desde la Villa Flora hasta Guamaní hay gran cantidad de buses y vehículos particulares en horas pico. Mi camioneta Toyota es del año 1974, y a veces no corre. Eso es un serio problema.
Los conductores de otros carros me pitan cuando voy lento, a pesar de ir por la derecha y por ser un vehículo antiguo. Algunos me quedan viendo mal. Sin embargo, en este mes no he tenido problemas para llegar a tiempo.
No hay mucha congestión. Creo que la temporada vacacional ayuda a la fluidez del tránsito. Otro problema que tengo cuando ya cargo los tanques y voy a recorrer la ciudadela Ibarra, en el sur, es la inseguridad en los semáforos.
Debo recorrer los barrios con alguien que cuide los tanques en el balde de la camioneta. En una ocasión me robaron dos tanques. Perdí más de USD 150 y eso afectó a la economía de mi familia durante un mes. Fue en un semáforo por el sector de Chillogallo, en el sur. Había congestión y eso facilitó el robo.
Por mi oficio recorro barrios del sur de la ciudad. Es complicado, porque a veces hay clientes que viven en algunas calles sin salida. Cuando pasa eso, debo regresar de retro. Una vez tuve que dar retro cuatro cuadras. No había señalización.