Trato de crear las condiciones necesarias para que los usuarios del Museo Interactivo de Ciencias (MIC) estén contentos, cómodos y para que, además, puedan generar conocimientos.
En el MIC respetamos y valoramos profundamente la diferencia de cada una de las personas que nos visitan. Por eso, hay un constante ejercicio de ponderación.
Por ejemplo, para la producción de la sala Ludión fue fundamental observar y sentir. Descubrimos que teníamos un público de entre 9 y 15 años que no había tenido una atención especial por parte de nosotros. Nos pusimos a pensar cómo les podíamos presentar la física, sin que parezca aburrida o complicada.
Mi actividad contribuye al desarrollo del país al buscar que mejore la calidad de vida de los ciudadanos: despertando el amor, emoción y, sobre todo, el interés por la ciencia, que se incorpora en la vida diaria como un beneficio y no como un antagonismo en relación al progreso.