Las dos puertas metálicas del local, ubicado en la calle Rafael León Larrea y pasaje Stubel, en el conocido mirador de Guápulo, están cerradas. Allí hay grafitis.
Desde la acera de la vía se aprecian las tres luminarias, que cuelgan de la pared de piedra de ese inmueble. Están rotas. Además, el busto de Francisco de Orellana, cercano al local, está manchado con pintura blanca. La placa que lo identifica desapareció.
Marco Escola, vecino de este barrio, dice que le gustaría que en el inmueble, de propiedad municipal, se instale un negocio de artesanías o una cafetería.
“Me encantaría que se promocione la imagen de la iglesia de Guápulo y que haya unos binoculares sobre la terraza del local para ver toda la zona. Antes venía más gente, desde que se cerró el negocio es más botado”.La construcción tiene unos 100 m² y está desocupada desde hace 16 meses, según Handel Guayasamín, presidente del Cabildo de Guápulo. Allí funcionaba un café bar, a cargo de la Fundación Sinchi Sacha. Juan Martínez, su director, cuenta que entregó voluntariamente el local, luego de que el Municipio estableciera regulaciones sobre el uso del suelo en el sector. “Eso no permitía que siga funcionando el bar restaurante que nosotros administramos durante 7 años”.
En los últimos meses, el barrio colocó rótulos para que la gente cuidara el lugar. También se instalaron mojones de hierro sobre la acera para que los autos no puedan subirse a la vereda. Esto, porque sus ocupantes se bajaban a consumir licor.
Alicia Cárdenas, moradora de La Floresta, camina por el sector en las mañanas. Recuerda que antes veía a jóvenes durmiendo en el césped, que rodea al local.
“Cuando pasaba temprano miraba botellas de licor y gente tendida sobre la hierba crecida. Ahora no veo esas imágenes. También noto que el área verde recibió mantenimiento”.
Detrás del inmueble hay un parque con juegos infantiles, que se extiende sobre la pendiente. Lo atraviesa un graderío que comunica al pasaje Stubel con la calle Camino de Orellana.
Hasta el sitio llegan furgonetas con turistas. A Giray Ertas, de Turquía, quien lleva tres días en Quito, le parece un sitio espectacular.
“Es la mejor vista de Quito, predomina el color verde de la vegetación. Desde aquí, el horizonte se ve muy lindo”, asegura, mientras compra pinturas a Luis Cuyo. Él es uno de los tres artistas que llegan desde la comunidad de Tigua (provincia de Cotopaxi) para vender sus obras de arte hechas sobre cuero de borrego y cartulina de algodón.
El Presidente del Cabildo busca que el Municipio, en coordinación con el barrio, asigne pronto el local a alguna organización.
Según la administradora de la Zona Centro, Alioska Guayasamín, hay cuatro interesados, luego de la convocatoria que se abrió para la ocupación del sitio.
“El jueves 25 habrá una asamblea general en el barrio, en la cual se expondrán los proyectos. Así, la comunidad aportará con sus ideas y luego el Municipio seleccionará a la propuesta más opcionada”.
La funcionaria dice que la demora en la adjudicación se generó porque antes de que se presentaran las cuatro propuestas, hubo empresa interesada. “El problema fue que no tuvieron un representante legal”.
Añade que la persona o asociación ganadora de la adjudicación deberá encargarse del mantenimiento y de la seguridad del parque. Además, debe pagar un arriendo por la ocupación.