‘En Quito, la galantería está en crisis y se ha tergiversado el sentido del piropo’

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El piropo ha sido, desde años, una identidad de los quiteños. La galantería se expresa en frases que cautivan a las mujeres. ¿En qué momento ese piropo se puede volver una grosería?
El piropo es una tradición quiteña, siempre se ha caracterizado por ser un halago hacia las mujeres. Con el pasar del tiempo este halago se ha ido tergiversando. Es difícil hablar del Quito romántico en el que yo crecí y de las formas antiguas de conquistar. En el momento en el que un piropo deja de ser galante y armónico se vuelve ofensivo. Cuando no se utiliza un vocabulario adecuado, las palabras o frases que se dicen pueden ser consideradas como una falta de respeto hacia ellas.
Hay diferentes formas de expresar verbalmente lo que se siente. ¿Qué le hace diferente a un piropo?
En los años sesenta, cuando yo era joven, la única forma que teníamos para poder expresar nuestros sentimientos hacia una dama era con los piropos y las tradicionales serenatas. Eran infalibles en el momento de conquistar a una mujer. Desde esos tiempos, el piropo ya era considerado una creación literaria con una clara estructura: armonía, rima y coherencia. El ingrediente adicional que marca la diferencia en el piropo es la pizca de sal quiteña, difícil de conseguirla.
En concepto, ¿qué es la sal quiteña y cómo se refleja en la composición del piropo?
Es un atributo innato de todos los quiteños. Viene desde la infancia en la dinámica grupal. Nada preparado, espontáneo por naturaleza. En la juventud se veía con la galantería y la picardía del tradicional chulla quiteño. Cuando se dice un piropo pícaro, pero de una forma elegante, la sal quiteña está presente.
¿Por qué el piropo va perdiendo espacio, actualmente, en la sociedad?
Reitero, en la actualidad es difícil hablar del Quito romántico, de las serenatas y de las formas galantes y formales de conquista. El cambio de época, las nuevas actitudes de los jóvenes, las tradiciones extranjeras han hecho que la galantería del quiteño caiga en crisis. Considero que trabajando en campañas para rescatar las tradiciones propias de nuestra ciudad, entre ellas la creación y difusión del piropo, se podría revivir el Quito romántico.
¿Por qué una grosería no es un piropo?
Grosería es cuando las frases o palabras que se dice a una mujer son consideradas una falta a la moral. Para dirigirse a cualquier persona hay que hacerlo con respeto y más aún si es una mujer. Todos tenemos madre y hermanas e hijas, y lo mínimo que esperamos es que sean tratadas con respeto. La intención del piropo es halagar, no ofender.
¿Cómo se puede recuperar el piropo romántico en la sociedad quiteña?
Desde hace seis años se realiza en Quito el Festival del Piropo. Se hace con la participación de varios colegios de la ciudad. Se han publicado libros de piropos con creaciones originales de los miembros del grupo de poesía La Delicia y de los jóvenes que participan en el festival. Iniciativas como esta se deberían extender a todas las administraciones zonales. Nosotros hemos tenido muy buena acogida con los jóvenes. En el último festival, en la Ciudad Mitad del Mundo, participaron 20 colegios de la zona y algunos invitados.
No todas las personas tienen la capacidad de decir de forma agradable las cosas, ¿cómo se podría promover ese estilo de ser galante con buen verbo?
Realizando festivales y creando grupos de literatura (narrativa y poesía), principalmente, en los colegios de la ciudad. La época juvenil es la apropiada para despertar en ellos el poeta que llevan dentro, así pulen más su vocabulario y de paso aprenden a conquistar elegantemente.
Tal vez un piropo también diga cosas groseras, pero su sutileza lo hace diferente, ¿se puede sostener esta hipótesis?
Todos los piropos tienen algo de picardía, unos un poco más que otros. Por ejemplo: Quisiera ser zapatito, de ese su pulido pie, para ver de vez en cuando, lo que el zapatito ve. Es evidente la picardía que se muestra en esta creación. Sin embargo, la forma como se dice lo hace diferente. Estoy seguro que si una mujer escucha eso, sonríe. Es importante cultivar el vocabulario de los jóvenes para que puedan expresar con elegancia la picardía propia de su edad.
El 8 de marzo, el Municipio presentará la campaña Quito sin buitres, la cual pretende erradicar el acoso verbal y físico a las mujeres en los espacios públicos. ¿Un piropo puede ser una forma de acoso a una chica?
Es una buena iniciativa del Municipio. Es claro que ahora los jóvenes que se paran en los alrededores de los colegios femeninos dicen algunas groserías a las chicas que salen o transitan por ahí. La mujer debe ser tratada con respeto y sentirse halagada con las palabras.
¿Y si se sienten ofendidas?
Lo más lógico es que pueden denunciar este tipo de agresiones. No solo con las prohibiciones se puede erradicar una actitud, hay que trabajar en el problema desde la raíz, educando a los niños y jóvenes, incentivando el amor por la lectura y educándolos en valores.