Los incendios forestales producidos durante este verano han afectado a 25 hectáreas de vegetación. El último siniestro se produjo el pasado martes, en el sector de El Cebollar, en la av. Simón Bolívar (miércoles). El Cuerpo de Bomberos tardó cerca de tres horas en apagar el fuego.
Durante la época de verano, los vientos, las elevadas temperaturas y la vegetación muerta (seca) contribuyen a la propagación del fuego en los cerros y laderas.
Producto de estos siniestros, el paisaje de la ciudad cambia. Columnas de humo sobresalen entre las montañas. Cuando se apaga el incendio en los cerros se pueden apreciar manchas negras. La hierba y la tierra quemada difieren de las extensas áreas verdes.
Según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), el período seco (entre junio y agosto) se caracteriza por la disminución de lluvias y el incremento de la temperatura. La máxima llega a 23 y 24 grados y la mínima entre 5 y 8 grados. La fuerza del viento también se incrementa. La medida oscila entre los 20 y 30 nudos. Estos son considerados moderados o fuertes.
Raúl Parra, director del Departamento de Siniestros del Cuerpo de Bomberos, informó que para atender los incendios forestales cada año se implementa en el Distrito el Plan Fuego. Se instalan cinco puntos de observación en: el Teleférico, en el cerro del Casitagua, en el cerro Auqui, en el Ilaló y La Forestal.
Además, se contratan 50 motorizados y ocho conductores de camionetas para que vigilen las zonas propensas a incendios. También se adquieren implementos especiales. En total para cubrir estos requerimientos se invierten USD 300 000.
Cuando se produce un incendio en las laderas o espacios abiertos, el personal del Cuerpo de Bomberos alerta a la estación más cercana para que se controle el siniestro.
Las causas para que el fuego se propague son las fogatas mal apagadas, la quema de basura, las colillas de cigarrillo y los envases de vidrio. Estos últimos causan un efecto de lupa y producen llamas.
En lo que va del verano, el Cuerpo de Bomberos ha atendido tres siniestros. Según Parra, la magnitud de estos eventos no ha sido considerable. El primer incendio que atendieron fue a fines de mayo, en el Atacazo (20 hectáreas). Luego en Cruzloma (4), cerca del Teleférico y el de El Cebollar (1). No hay registros de personas sancionadas.
El Código Penal establece reclusión de tres a seis años para quienes causen incendios. Si este produce la muerte de alguna persona, la sanción podría llegar hasta 25 años de reclusión.
Los daños que causan los incendios forestales en el ambiente afectan a la flora y la fauna. El monóxido de carbono que emana el fuego es tóxico. En la capital, las especies más afectadas son árboles como cipreses y eucaliptos. Estas demoran 40 años en crecer. Los pajonales que hay en los paramos también se dañan, ya no cumplen su función de mantener la humedad en esas áreas.
Para evitar nuevos incendios, el Cuerpo Bomberos sugirió a las personas que ascienden a los cerros ser precavidas. No encender fogatas, no arrojar basura. Las personas que viven cerca de estas áreas deben evitar quemar la basura y recoger las hierbas secas.
El Plan Fuego se extenderá hasta el 15 de octubre. Para alertar un siniestro, las personas deben comunicarse al 911 o al 102. Las llamadas se receptan las 24 horas del día. El año pasado, 176 hectáreas de vegetación se perdieron por los incendios forestales.