El consumo de alcohol en espacios públicos se posiciona como uno de los principales desafíos en las Fiestas de Quito 2024.
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Las autoridades del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito intensificaron los operativos de control para prevenir desórdenes y garantizar la seguridad durante los eventos masivos.
Sin embargo, expertos en riesgos advierten que las sanciones no son suficientes y recomiendan complementar estas acciones con campañas educativas.
Operativos reforzados para evitar el desorden
Desde el 27 de noviembre hasta el 8 de diciembre, más de 400 inspectores de la Agencia Metropolitana de Control (AMC), junto al Cuerpo de Agentes de Control, la Secretaría de Seguridad y la Policía Nacional, realizan más de 90 operativos en espacios públicos y zonas cercanas a los eventos programados.
Durante la semana previa, entre el 21 y el 26 de noviembre, el Municipio ejecutó 32 operativos interinstitucionales que contaron con la participación de 318 funcionarios de diversas entidades.
En estas acciones, las autoridades retiraron a 501 libadores, sancionaron a 26 personas, confiscaron 148 litros de licor con registro sanitario y decomisaron 108 litros de licor sin registro sanitario.
Sanciones y riesgos asociados al consumo de alcohol
El Código Municipal considera el consumo de alcohol en la vía pública como una infracción administrativa leve castigada con una multa de 115 dólares.
Las autoridades buscan reducir los problemas de desorden, inseguridad y acumulación de desechos que genera esta práctica, especialmente en parques, veredas y alrededores de eventos masivos.
A pesar de los esfuerzos, Cristopher Velasco, especialista en riesgos, señala que la solución no se limita a sancionar.
“El punto no es solo mantener el control de la contingencia. Se debe desarrollar una campaña comunicativa que motive a la gente a no tomar demasiado o, idealmente, a no consumir alcohol”, sostuvo Velasco.
El experto recuerda que en años anteriores se registraron desmanes en la avenida De los Shyris. Ahí cientos de personas dañaron vehículos y alteraron el orden público.
Además, Velasco advierte que los riesgos aumentan cuando las personas deben trasladarse desde eventos iluminados hasta sus hogares. Muchas veces a través de calles oscuras, donde son más vulnerables a asaltos.