Javier Jiménez entregó el viernes un kit de alimentos a María Quishpe, en el sector de La Argelia. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
La misión parece sencilla, pero no lo es. Quedarse en casa mientras baja la curva de contagios del covid-19 en el país es necesario, pero para algunos la decisión de salir marca la diferencia entre tener con qué alimentar a la familia o el hambre.
María Quishpe tiene 68 años y cerca de un humilde cuarto a la mitad de una empinada ladera donde vive sola están sus cinco hijos y sus familias. “Antes salía a buscar cualquier cosa, pero ya no hay cómo y estoy triste, porque no tengo (dinero) para nada. ¡Dios le pague, esta ayuda nos salva bastante!”, le dice a Javier Jiménez, quien le entrega un kit de alimentos.
La mujer le pide al coordinador de una de las Casas Somos de la Adm. Zonal Eloy Alfaro (sur) algo más: “Aquí también, por favor, señor, ¿le puede dar a mi hijita, que está con los guagüitos? Somos pobres todos”.
Con tristeza, Jiménez le explica que no puede dejarle nada más, pues las ayudas se distribuyen siguiendo una matriz, donde se especifica a quién debe hacerse la entrega. Primero se está atendiendo a personas registradas de la tercera edad, con discapacidad, con enfermedades catastróficas o mujeres cabezas de hogar.
Es difícil decir no a alguien en esta situación, pero por ahora los productos donados por empresas privadas, empleados municipales y ciudadanos son para grupos vulnerables.
Conforme se haya cubierto este sector de la población, la ayuda que administra el Patronato San José se extenderá a otros grupos, dice Verónica Benavídez, asesora técnica de la entidad. Hasta el jueves, el Patronato recibió USD 153 250 en transferencias bancarias, USD 18 000 en kits de alimentos y a fin de mes se harán efectivos USD 10 000 de aportes de los trabajadores de la institución. También se recibieron 486 donaciones de familias que entregaron alimentos, útiles de aseo, medicina, comida para mascotas y ropa.
Benavídez explica que esto se ha recaudado a partir de la radiomaratón del 27 de marzo y los canales de donación continuarán disponibles. Quienes requieran de ayuda pueden solicitarla en el portal de servicios ciudadanos del Municipio o llamando al 1800 510 510 o al 911. Todo se organiza en el coliseo de la U. Salesiana.
Allí, 40 personas que trabajan en el Patronato y en las Casas Somos clasifican lo donado y arman los kits en las gradas del recinto.
Gabriela Cevallos, directora de Ejecución Técnica del Patronato señala que lo hacen de 07:30 a 16:30, “pues así podemos volver a casa sanos y salvos”.
El viernes llegó Tomoya Kobayashi, de la Asociación de Cónyuges del Cuerpo Diplomático. Cuenta que en este grupo también hay exembajadores de Ecuador en el extranjero y realiza eventos para recaudar fondos periódicamente y con ello han aportado en varios albergues. “Con lo que está pasando, nos dimos cuenta de que hace falta mucha ayuda y estamos usando ese dinero para esta causa”. Antes entregaron ayuda al plan Dar una mano Ecuador, que coordina el Gobierno Nacional y USD 1 000 en guantes y mascarillas para personal médico.
Cuando llegan pollos o plátanos se envían enseguida a los albergues y casas de acogida que ya tenía el Patronato, y a los dos nuevos que atienden a habitantes de calle en El Arbolito y en el Centro Histórico.
Personal del Patronato y de las Casas Somos de Quito recibe donaciones y arma kits en la Salesiana. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Cevallos cuenta que hay gente que se ofrece a ayudar. “Pero somos muy claros en que se deben cumplir condiciones de seguridad, porque asumir la responsabilidad de otro ser humano no es cualquier cosa”.
Todos usan guantes y mascarilla. En los albergues visten equipo de protección personal tipo 2, el traje blanco de cuerpo entero y capucha. En la calle, quienes hacen entregas como Jiménez usan chaquetas que les dio el Municipio y se cubren las manos y su rostro.
Los kits llegaron a una asociación de recicladores y se contacta a grupos privados y a los gobiernos central y provincial para que no se entregue la ayuda a las misma gente. “Hay familias que están intentando acaparar”, dice Benavídez.
Para gente como Diana Altamirano, una madre que tiene una discapacidad, esos víveres son un respiro. Trabaja en una fábrica, pero por la emergencia le pidieron quedarse en casa y no tiene ingresos. “Me inscribí el miércoles. No pensé que iba a llegar la ayuda y menos tan rápido. Estoy agradecida”.
¿Cómo ayudar?
En el sitio de donacioes del Municipio elija entre una transferencia bancaria o registre su donación y dirección para que un equipo del Municipio la recoja de su casa.
La iniciativa Por Todos es de la empresa privada. Ingrese a la página web y elija un método para hacer su aporte.
Otra opción es el sitio Dar una mano. Puede comprar canastas de entre USD 5 y 20. Hay un kit especial para niños con cáncer.
Si compra en Tía, aporte con un kit de comida o con su vuelto.
La Fundación Cecilia Rivadeneira recibe aportes a través de su sitio web. Trabaja en varios frentes de ayuda. Uno de ellos es a través de su sede, en donde recibe a médicos y personal sanitario que requiere de hospedaje, para proteger a su familia de posibles contagios.
La LigaPro realizó el sábado 4 de abril del 2020 una programación para crear un fondo de ayuda humanitaria y para comprar insumos para hospitales. Las contribuciones pueden hacerse a la cuenta de Banco Pichincha 1234567890 o con tarjeta de débito o crédito en este sitio.
La iniciativa Salvar Vidas Ecuador (@SalvarVidasEC) recibe donaciones en la cuenta del Banco de Guayaquil 45973824. Ha donado equipos médicos y tiene en agenda más contribuciones en distintos sectores.
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