Las opiniones son divididas. Hay quienes salen de las oficinas del Registro de la Propiedad tranquilos, mirando con detalle los documentos que recibieron. Mientras otros, la mayoría, lo hacen apresurados, con el ceño fruncido, en busca de algún documento extra para poder culminar el proceso.
El Registro de la Propiedad de Quito recibe al día entre 1 300 y 1 400 personas que buscan obtener algún certificado de un bien, inscribir una propiedad o una revisión legal de documentos.
Solo para inscripciones ingresan entre 450 y 500 escrituras diarias. Carlos Benítez, coordinador de la Dirección de Revisión Legal de la entidad, explica que los documentos pasan a manos de 18 revisores.
Cada uno recibe unas 25 escrituras. De ellas, unas 20 salen con observaciones, es decir, regresan a los usuarios para que anexen documentos o corrijan imprecisiones. Las cinco restantes ingresan al proceso.
Benítez explica que el 40% de las trabas ocurre por falta de documentos. El 30%, por errores en la cláusula de comparecencia. Por ejemplo, nombres mal escritos, medidas del terreno que no corresponden, etc.
Por esas imprecisiones, un proceso que en teoría debería durar seis días hábiles, como es la obtención de un certificado, puede extenderse y llegar a tardar hasta tres meses o más.
Eso es lo que le ocurre a Martha Ríos. La usuaria cuenta que sacó tres certificados (de un parqueo, una oficina y de una bodega), pero uno no salió como lo esperaba. “Debía salir que unas hipotecas que tenía el bien estaban canceladas, pero no fue así. Debí llevar la escritura de cancelación de hipoteca y ahora y me dicen que no procede”, asegura la mujer.
Y cuenta que el banco privado donde tenía la hipoteca cometió un error, allí se originó el conflicto y debió llevar documentos para solucionarlo.
El trámite lo inició en octubre pasado y aún no consigue el certificado.
Detrás de ella, camina despacio Olmedo Toaquiza, mientras lleva en la mano el mismo tipo de certificado que Martha necesita. Él se acercó a la entidad el 10 de enero, hizo un trámite que le tomó 15 minutos y quedaron en entregarle el documento el 20. Así fue.
La diferencia de tiempos en la realización de diligencias depende de cada caso. Hay usuarios, como Marcial Proaño, que tardó 15 días en inscribir una propiedad, pese a que luego del primer ingreso tuvo varias observaciones. “Debí hacer fila por una hora, pero menos mal no se complicó”.
Cristina Gualichico, abogada, quien frecuenta el Registro de la Propiedad, cuenta que últimamente entregan 200 turnos para ingresar escrituras. “Yo vengo desde la parroquia de El Quinche y llego tipo 09:00, pero ya no avanzo a tomar turno y es un día perdido”, se lamenta.
Para Gualichico otro de los problemas es que emiten demasiadas observaciones. “Me piden una documentación, la ingreso y luego me solicitan otra. Por ejemplo, me pidieron partidas de nacimiento que ya constaban en las escrituras, que actualice certificados y así otras cosas”.
Las opiniones entre los usuarios están divididas respecto al servicio. Sin embargo, varios son las omisiones más frecuentes que cometen las personas cuando se acercan a realizar este trámite. De estas, seis son las más comunes.
Antes de julio del 2011, cuando el Municipio capitalino asumió esta función, el anterior Registro recibía entre 300 y 400 solicitudes. Es decir, unas tres veces menos que la cantidad de trámites que se reciben hoy. Desde entonces hasta finales del 2013, la nueva entidad atendió 1 120 985 trámites. El año pasado, recibió 43 155 diligencias más que en el 2012.
En contexto Cuando el Municipio asumió la responsabilidad, en julio del 2011, había cerca de 18 000 casos represados. Antes la entidad se encontraba en manos privadas. En el antiguo registro laboraban 154 empleados. Hoy, la entidad cuenta con 250 colaboradores.
Las omisiones más comunes
- Que en la cédula de identidad consten los nombres y apellidos completos del propietario del bien y que en la escritura se mencione solo un nombre.
- Si el estado civil según la cédula es casado y en el texto de la escritura consta de otra manera. Eso ocurre usualmente cuando el estado civil cambió.
- Cuando quien realiza el trámite en el Registro de la Propiedad es un tercero y en los documentos no adjunta un poder legal otorgado por el dueño del bien.
- Mencionar de forma errónea en la documentación las fechas de celebración o inscripción de la compra del inmueble. Todo debe coincidir.
- No colocar en la escritura los linderos generales del inmueble y cuando se lo hace constan con otras longitudes. También no poner la extensión total.
- Detallar equivocadamente en la documentación las manzanas, bloques, etc. en la descripción de los lotes, casas u oficinas. La dirección debe ser exacta.