Por su extensión, su ubicación, las conexiones que realiza y el número de intersecciones, la Ruta Viva es una de las vías más propensas a asaltos y secuestros en Quito.
Diego Espinoza, comandante de Policía del Distrito Tumbaco, explica que esos cuatro factores sumados a ciertos comportamientos de los usuarios han hecho que los delincuentes actúen repetidamente a lo largo de esta arteria.
Según el ECU-911, desde el 1 de enero de 2021 hasta el 14 de marzo de 2023 se han registrado 3 186 emergencias; de las cuales, 69% ha tenido lugar en las intersecciones con las avenidas Simón Bolívar e Interoceánica.
De todas las alertas, 1 393 han tenido que ver con seguridad ciudadana, lo que incluye robos, secuestros, presencia de vehículos sospechosos, entre otros.
1. Extensión
Esta importante vía mide 13 kilómetros, eso la convierte en una de las avenidas más largas de la capital.
Además, es usada para ir desde Quito hasta el Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre, en Tababela, por lo que muchas personas viajan con equipaje, lo que llama la atención de los delincuentes, según Espinoza.
2. Ubicación
Se trata de una vía periférica. No está ubicada en una zona urbana de Quito, está en un sector rural.
La vía atraviesa 21 barrios. Debido a su extensión, gran parte de la arteria es desolada y rodeada de zonas no pobladas.
A pesar de que el 100% de la vía está iluminada, al no tener lugares públicos cercanos ni viviendas aledañas suele estar abandonada.
3. Conexiones
La vía une a los valles de Cumbayá y Tumbaco con la capital. Esas dos parroquias se caracterizan por contar con centros de diversión nocturna, como bares, discotecas, lugares para conciertos y restaurantes. Esto se ha vuelto un atractivo para quienes viven en Quito.
Según Espinoza, la gran mayoría de asaltos y secuestros ocurre los viernes y sábados, de 20:00 hasta las 04:00 del día siguiente.
“Muchas personas van a divertirse en los valles, algunos consumen licor y regresan a Quito por esa vía, por lo que son blanco fácil de delincuentes”, comentó el uniformado.
4. Intersecciones
Espinoza explica por su extensión, esta arteria cuenta con muchas intersecciones; esto facilita a los delincuentes desviarse hacia cualquier lado de la provincia para huir. Por ejemplo, permite dirigirse hacia Papallacta, Sucumbíos, Guayllabamba, Cayambe, Cumbayá, Tumbaco, Pifo, la Intervalles y la Simón Bolívar, y por ahí llegar al norte, centro y sur de la urbe.
Debido a esa intersecciones, los delincuentes cuentan con muchos accesos y salidas. A este factor se le debe sumar que es un vía rápida, por lo que los delincuentes que se movilizan tanto en moto como en vehículo pueden huir rápidamente.
Otras causas
Benjamín Castillo, experto en seguridad, indica que a esos factores se le deben sumar otros causas, que corren por cuenta del conductor. Por ejemplo, movilizarse a altas horas de la noche y madrugada, conducir bajo los efectos del alcohol o con somnolencia. Además, andar distraído en el celular, lo que impide estar alerta ante la presencia de cualquier vehículo sospechoso.
Eso es justamente lo que se debe evitar para disminuir el riesgo de ser víctima. Aconseja siempre manejar alerta, mirando a los vehículos cercanos. En caso de notar la presencia de un vehículo o una moto sospechosos, el acompañante debe dar la alerta al ECU-911. El conductor debe acudir a la Unidad de Policía Comunitaria más cercana. El Distrito Tumbaco está ubicado en la calle Cerámica e Interoceánica, junto al nuevo Kywi.
Testimonio de hombre asaltado
Juan (nombre protegido)
“El 26 de febrero circulaba por la intersección de las avenidas Ruta Viva y Simón Bolívar, a eso de las 02:20. Venía por el carril derecho, cuando me interceptó una moto y me bloqueó el camino. Por la parte de atrás me topó un vehículo pequeño sin placa.
En la moto venían dos personas, una se bajó y me apuntó con un arma de fuego. Me obligó a pasar al asiento del copiloto y mientras me insultaba me dijo que pusiera todo lo que tenía en el bolsillo y el celular abajo del asiento del copiloto. Me repetía que no le regresara a ver.
Unos tres kilómetros después me obligó a bajarme y me dijo que si hacía algo me disparaba. Se bajó el otro ocupante de la moto y me sacaron a la fuerza con patadas y puñetes. El chofer del auto que venía atrás me lanzó el carro y yo me arrojé a la cuneta y escuché un disparo. Dos horas y media después pasó un carro y me auxilió.
No he podido recuperar mi auto”.
Más noticias en:
Visita nuestros portales: