Nuevo estudio definirá daños en casas de Solanda por construcción del Metro

En uno de los sectores de la calle J, en Solanda, una casa se cayó y otra tiene fisuras.

En uno de los sectores de la calle J, en Solanda, una casa se cayó y otra tiene fisuras.

En uno de los sectores de la calle J, en Solanda, una casa se cayó y otra tiene fisuras. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO

Un mes atrás la cañería de la casa de Nelly Torres, moradora del sector 1 de Solanda, en el sur de Quito, colapsó. La sala y cocina se inundaron con aguas servidas. Recurrió al Municipio y, después de una inspección técnica, notaron que la tubería se asentó para después romperse.

También se detectó que el piso de cemento está 40 centímetros más arriba de la base del suelo. Torres vive con el temor de que su casa se venga abajo. La vivienda no solo tiene ese problema. Hay paredes cuarteadas en los dormitorios, cocina y en el patio en donde lava la ropa. Por una de las fisuras se observa la casa de al lado.

Su caso no es el único. Jenny Villamar, coordinadora de un grupo de afectados en las zonas 1 y 4 de Solanda, dice que los casos de hundimientos en las viviendas y las fisuras en paredes se repiten en los inmuebles ubicados en el polígono entre las calles José Abarcas, en el norte; avenida Solanda, en el sur; Teniente Hugo Ortiz, en el oriente; y Cardenal de la Torre, en el occidente.

Villamar dice que son 400 casas afectadas. Sin embargo, entre julio y octubre del 2018, el Municipio, junto con la Facultad de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), hizo un estudio preliminar para determinar las causas de este fenómeno. Ahí se advirtió que 150 viviendas registran daños.

En las zonas 1 y 4 del barrio se observan daños estructurales (cuarteamientos en paredes, pisos y columnas). Foto: EL COMERCIO

Andrea González, secretaria de Comunicación del Municipio, señaló que están conscientes del problema pero que aún no se pueden adelantar acciones sin conocer de manera definitiva las razones de los hundimientos.

Para el grupo de afectados, la construcción del Metro, con el túnel que pasa por una parte del barrio, sería la que genera los daños. Villamar dice que los problemas empezaron, más o menos, en agosto del 2017, cuando pasó la tuneladora. “Los resultados del estudio de la PUCE se refieren al tipo de suelo, las construcciones, pero también a la extracción de agua. Aquí, a dos cuadras de las casas afectadas, se construye un pozo del Metro en donde a diario se extrae agua”.

Fernando Proaño es abogado y uno de los afectados. Su vivienda fue desalojada hace siete meses porque fue calificada como de alto riesgo de vulnerabilidad no mitigable. “La casa la compré hace 20 años y recién hace unos ocho meses empezó a cuartearse”. Es la primera vivienda en trámite de expropiación”, dice.

El Comité ejecutivo de Solanda, del cual Proaño es director jurídico, tiene previsto presentar el 19 de febrero una queja en la Defensoría del Pueblo, en la que señala que se vulneró el derecho a la vivienda.

El Municipio no descarta que la construcción del Metro esté relacionada con los daños. Sin embargo, no toma esta opción como determinante. González dice que la construcción tiene un rango de afectación y que las viviendas con daños se ubican fuera.

Foto: EL COMERCIO

Según ella, el estudio preliminar esboza otras causas: las características del terreno no son muy estables y el aumento en el peso de las viviendas. Hace 30 años los permisos fueron otorgados para casas de hasta dos pisos. También hay un fuerte componente relacionado con la construcción ilegal.

La casa de Torres tiene tres pisos. Originalmente recibió la vivienda con dos pero, 18 años atrás, construyó un tercero.

Silverio Durán, presidente de la Cámara de la Industria de la Construcción, señala que el problema en ese sector es el tipo de suelo. Dice que estudios realizados en el 2011 dan cuenta de que en la zona hubo una laguna y eso influyó para que el suelo se volviera arcilloso.

Durán manifiesta que este tipo de terreno es apto más para la agricultura. Sin embargo, se puede construir si antes se hace un estudio sobre las características del suelo sobre el cual se levantará la vivienda.

En casos como los de Solanda, dice, es necesario cavar, colocar una primera capa de relleno con piedra, después otra con piedras más pequeñas y, al final, arena y ripio. “Lo que hay que tener claro es que esto solo lo determina un estudio previo, antes de construir”.

El nuevo estudio, según González, se iniciará a finales de mes y tardará cuatro meses. Mientras tanto, se definieron acciones, una es colocar una mesa de información en el sector para que los moradores planteen sus dudas y denuncias directamente. También se realizará un monitoreo constante de las casas afectadas.

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