El juramento a la Bandera se cumplió este jueves, 3 de octubre, en Quito. El acto habitualmente se desarrolla el 26 de septiembre de cada año, en el marco la conmemoración de la Tricolor.
El cambio se debió a la suspensión de clases presenciales que se definió en esa fecha, debido a los múltiples incendios forestales que ocurrieron en la capital.
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Juramento a la Bandera en Quito
El Ministerio de Educación, tras los incendios que empezaron en Quito el 24 de septiembre de 2024, reprogramó el juramento a la Bandera para este jueves.
La fecha aplicaba para planteles públicos. Los privados, municipales y fiscomisionales podían acoger o establecer el día.
En la Unidad Educativa Manuela Cañizares, por ejemplo, 561 estudiantes de tercero de bachillerato protagonizaron el evento cívico.
El programa incluyó la participación de la banda estudiantil, bastoneras y una coreografía con banderas.
Los estudiantes de tercero de bachillerato son quienes participan en el evento cívico. En el caso de Quito, son 40 639.
A escala nacional, los alumnos de ese nivel ascienden a 277 677. La mayoría de ellos asisten a instituciones educativas fiscales (207 973), seguidos de particulares (49 172), fiscomisionales (17 875) y municipales (2 657).
La Ministra de Educación
Hasta el lugar, en el centro norte de Quito, llegó la ministra de Educación, Alegría Crespo. Ella recordó que la bandera no es un pedazo de tela, sino un emblema de la Historia de Ecuador, así como luchas y sueños compartidos.
Crespo agregó que el juramento a la Bandera es un llamado a la acción. “Les invito a que no se queden solo en la promesa, sino que la lleven en su corazón. Cada día es una oportunidad para demostrar su amor por la patria, ya sea a través del estudio, del respeto hacia sus compañeros, o del compromiso con el bienestar de su comunidad”.
La Ministra resaltó que, en esa línea, se introdujo al currículo nacional el estudio de la Cívica, Ética e Integridad en todos los niveles.
Estudiantes y las proclamas
El abanderado del Estandarte Nacional, Dominique Avilés, compartió algunas palabras con sus compañeros.
El alumno, además de agradecer a su familia, compañeros y docentes, destacó que ser abanderado no es solo un reconocimiento al esfuerzo, sino a una gran responsabilidad.
“Me comprometo a llevar con orgullo este símbolo que representa nuestra patria y los valores que como estudiantes debemos defender. Este momento no es el final, sino el comienzo de nuevos desafíos que enfrentaré con la misma dedicación y entrega”.