Hasta dos horas se demora la gente haciendo fila en las afueras de los supermercados de Quito

En Quito las personas esperan hasta dos horas para acceder a los supermercados a abastecerse de productos de primera necesidad. En algunos sectores de la ciudad no se respeta la disposición de mantener una distancia de al menos un metro para evitar el con

En Quito las personas esperan hasta dos horas para acceder a los supermercados a abastecerse de productos de primera necesidad. En algunos sectores de la ciudad no se respeta la disposición de mantener una distancia de al menos un metro para evitar el con

En Quito las personas esperan hasta dos horas para acceder a los supermercados a abastecerse de productos de primera necesidad. En algunos sectores de la ciudad no se respeta la disposición de mantener una distancia de al menos un metro para evitar el contagio de covid-19. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.

Las escenas se repiten en las afueras de los supermercados de Quito. Las filas de los clientes, en algunos casos, llegan a medir más de una cuadra. En unos lugares del norte, la gente es ordenada y respeta el metro de distancia como medida de prevención del covid-19, pero en otros no lo hacen.

Este Diario recorrió varios sectores de la ciudad durante la mañana de este lunes 30 de marzo del 2020 y verificó que los tiempos de espera en las filas varían entre 20 minutos y dos horas, dependiendo del establecimiento y su ubicación.

Por ejemplo, Andrea Díaz esperó dos horas en las afueras de un comisariato ubicado en el sector de Ponciano Alto, norte de la capital. “Allí se ingresaba por persona, no en grupo. Por eso nos demoramos tanto”.

Llegó a las 08:00 y logró acceder al establecimiento a las 10:00. Para la próxima vez, ella planificará salir más temprano de su casa para comprar comida.

Galo de la Torre esperó cerca de 50 minutos para ingresar a un supermercado de la avenida Mariscal Sucre y Ajaví, en el sur. Contó que hubo controles en los accesos y no se permitió el paso a quienes no utilizaban guantes y mascarilla. Compró galletas, carne y pollo. Luego volvió a su casa para encerrarse con su familia y salir únicamente para adquirir lo estrictamente necesario.

Juan Carlos Rojas vive en san Blas, centro de la urbe. A él le tocó hacer fila durante una hora y media. “Ha sido muy complicado adquirir comida”. Contó que hubo clientes que no respetaron el metro de distancia entre cada comprador.

Ese problema se presentó en otros puntos de la ciudad. En un local de la avenida Maldonado, al sur, la gente esperaba aglomerada, y en los alrededores había comerciantes informales de cigarrillos y mascarillas. Otros expendían frutas y ramas de eucalipto en el mismo sitio.

Hasta la semana pasada, el mismo problema se presentó en un establecimiento de Chillogallo, también al sur. La gente estaba apretada haciendo fila y esperando su turno para acceder a realizar las compras.

Un grupo de moradores de Carcelén indicó que las personas se demoraron dos horas en ingresar a comprar la comida. Otros vecinos, en cambio, se tardaron 30 minutos, dependiendo el día.

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