María Uyaguari es propietaria de una distribuidora de gas, ubicada en el barrio Monseñor Leónidas Proaño, en el sur de Quito. En su bodega aguardan 200 cilindros vacíos, no ha podido abastecerse de acuerdo al esquema de turnos, desde el 20 de junio de 2022.
“Hay una desventaja significativa, porque solo nos podemos abastecer en un centro de acopio y la demanda es súper alta. También la ciudadanía ha optado por ir a estos centros”.
Uyaguari, además, cuenta que en todo este tiempo de desabastecimiento se ha evidenciado varias irregularidades: “Hay personas informales que utilizan sus tricimotos, bicicletas y van entre 8 a 10 personas para comprar los cilindros de gas y ellos venden a otro precio”. Ante las pérdidas económicas en su negocio ha tenido que recurrir a sus ahorros para sobrevivir.
El problema también se vive en la Argelia Baja. Una persona que vive en el sector dice que ha intentado sin éxito comprar gas durante una semana.
Los camiones de gas que suelen recorrer este barrio no han pasado. “Cuando llamé al señor del gas me dijo que no tenía, por suerte tenemos un tanque extra y con eso estamos pasando los días”, añade Matilde Jara.
La situación es similar en el sector de la Alpahuasi. Jessy Solís es propietaria de una panadería y cuenta que tampoco ha logrado conseguir gas y que las personas que le solían llevar este producto hasta su casa “ya ni contestan el teléfono, antes siempre estaban pendientes de las llamadas”. Para cocinar tuvo que recurrir a su hermano que le prestó un cilindro.
A esta panadería llegó Cecilia Guerra, quien vive en la zona. Ella tuvo la suerte de conseguir gas antes de que inicie el paro, el 13 de junio de 2022. Sin embargo, ya le quedan pocos días para quedarse sin este producto. “Yo ocupo dos cilindros, uno para la cocina y otro para el calefón, me duran alrededor de un mes y ya se están terminando. Estoy preocupada porque no se en dónde voy a conseguir”.
En el barrio San José de Monjas, los vecinos concuerdan en que los distribuidores de gas ya no circulan con la misma frecuencia que antes.
Marina Enríquez explica que antes pasaban hasta tres camiones distribuidores dos veces al día. “Hoy en día ya no se les escucha, la última vez que nos dieron el servicio fue el lunes 11 de julio de 2022. Es una situación que nos preocupa y que ya se debería dar solución”.
Según Iván Cartagena, presidente de la Asociación de distribuidores de gas (GLP) de Pichincha, no están recibiendo el 100% de la carga. Antes del paro, los centros de distribución les entregaban entre 100 y 120 tanques diarios. Actualmente cuentan con un máximo de 50 tanques, por lo que no logran abastecer a los barrios.
El dirigente señala que las bodegas que hay en los centros de acopio autorizados, en su mayoría son visitados por revendedores sin ningún control. Cada distribuidor está perdiendo diariamente USD 60.
Cuenta que son 240 distribuidores que dan el servicio en Pichincha y en su mayoría están quebrando porque no pueden llegar al cliente y eso les genera pérdidas económicas.
En cuanto a los precios, Cartagena explicó que están obligados a vender el cilindro en USD 3,50, un valor que no ha sido tratado por las autoridades.