En un cuarto de 5 metros cuadrados, con paredes celestes y piso blanco, hay dos computadoras, dos escritorios, amuletos y santos.
En la pantalla de una de las computadores se observa el bosquejo de una camiseta de manga corta y cuello redondo. El diseño incluye un poema y una imagen de la calle La Ronda. La autora es la diseñadora gráfica Ana María Puyo. Ella, de 31 años, junto con el artesano David Guerra, emprende su nuevo proyecto de elaboración de camisetas con poemas. Puyo se encarga del apoyo gráfico; el escritor José Almeida, de la poesía; y Guerra, de la distribución del producto.
El taller está en una casa esquinera, de dos pisos, ubicada en el barrio San Carlos, cerca del parque Inglés. Al entrar en la casa tomate, el olor a chocolate es intenso. También preparan chocolates negros. Ese fue el primer proyecto que emprendieron hace seis años. Puyo y Guerra, en ese entonces, tenían un solo fin: querían ganar dinero para viajar a Baños, en la provincia de Tungurahua.
Los chocolates preparaban en la cocina de Puyo, en el barrio La Luz. Ella es de Bogotá y reside en Quito desde hace 18 años.
Las primeras entregas del producto fueron 25 paletas, en el negocio de su amigo Esteban Oquendo. Empezaron a vender 100 chocolates al mes. Un año después viajaron a Baños, en un feriado. Crecieron más de lo que pensaron. Después viajaron a Perú, San Andrés, Miami, Puerto Rico y Bahamas. Les gustó hacer negocios y empezaron a pensar en otros proyectos, para involucrar a más miembros de la familia. El tío de Guerra, el escritor José Almeida, vive en
Colorado (EE.UU.) y vino de visita a Quito.
Él les comentó que tenía un sueño: realizar camisetas con estampados de flores. “Quiso plasmar su niñez en las camisetas”, dice Guerra, mientras cuenta que muchos de sus familiares crecieron en medio de la naturaleza, por una propiedad que tiene su abuela en Tumbaco.
Meses más tarde retomaron la conversación sobre el proyecto. Almeida propuso fabricar camisetas con poesía estampada. Decidieron la marca: Guaraguao (ave rapas de la costa ecuatoriana, que no tiene cresta).
La idea del nombre nació del cuento del guayaquileño José Joaquín Gallegos Lara. La historia relata la vida de una persona que tiene como mascota un guaraguao, quien al final cambia su instinto rapaz, por el valor que le representa ser el ave de su dueño. Se vuelve leal y le protege, incluso, de su misma especie. El personaje muere junto al ave, sin recibir ninguna picoteada.
Para la pareja de empresarios, ese relato resalta valores, lealtad, amistad, compañerismo y humildad y todo eso quieren plasmar en su producto. “Lo que queremos es resaltar estos valores, porque cuando eres leal, las cosas se van dando y eso ha pasado con las camisetas y los chocolates”. Con el proyecto, su propósito es que al momento de obsequiar una camiseta, se regale poesía como un sinónimo de cultura.
Los poemas escogidos son de la autoría de ‘Pepe’, como lo conocen en la familia. ‘Pepe’ asegura que al escribir sus poesías se inspira en una mujer, en su niñez, en la naturaleza y en sus experiencias de vida. Para este quiteño, la poesía es un culto a la belleza del idioma. Y una forma de exteriorizarla es a través de las camisetas.
Quito será el primer mercado para esta prenda de vestir.
A las estanterías
Los soportes gráficos de las camisetas son de lugares, animales y cosas características del Ecuador. La manga derecha siempre tendrá un recopilado corto de la poesía y en la parte de atrás estará el fragmento principal, el verso completo.
La extensión de los poemas que escribe son variables, sin embargo, aseguran que en las camisetas siempre se mantendrán en que la extensión no sea de muchos caracteres.
500 camisetas saldrán a la venta, solo en Quito, en los próximos días. El empaque de las camisetas tiene un diseño similar a la de un libro, hecho con cartón.
El precio de cada camiseta es de USD 15, 95. También piensan en la publicación de un libro.