Aunque fue solo por una noche, la ocupación hotelera llegó al 100% en algunos establecimientos. El concierto de la banda estadounidense, Metallica, realizado el martes pasado, trajo fanáticos de diferentes partes del país: Cuenca, Guayaquil, Cañar, Ambato, Loja…
Por ejemplo, en el Hotel Savoy Inn, ubicado en las calles Yasunni y El Inca, en el norte, las 65 habitaciones estaban totalmente ocupadas por clientes que llegaron exclusivamente al concierto. “No había cabida para una persona más”, indicó un empleado del lugar.
En la empresa Quito Turismo, a cargo del Centro de Eventos Bicentenario, sede del concierto, se indicó que se ha solicitado información a Team Producciones, organizadora del evento, sobre la venta de boletos en las provincias.
También se evaluará la incidencia en el sector hotelero.
Por su parte, la Cámara de Turismo de Pichincha indicó que era muy pronto para dar un balance, pero aseguró que la ocupación hotelera fue alta.
El espectáculo fue aprovechado por empresarios para organizar tours. Uno de ellos, el cuencano John Jara, propietario del almacén Círculo Musical, que junto con su hermano Fabián vendieron cerca de mil entradas y trajeron en seis buses a unas 360 personas de Cuenca, Loja, Cañar y Machala.
El costo de este servicio fue de USD 35. Salieron la noche del lunes y se regresaron después del concierto. Esta familia se dedica a la venta de discos y organización de este tipo de tours desde hace 38 años.
Se calcula que al concierto de Metallica vinieron no menos de 3 000 cuencanos.
Dos días para el arreglo
El parque Bicentenario poco a poco regresa a la normalidad. Ayer en las instalaciones todavía había desorden. Allí, cerca de 40 000 personas ovacionaron a la banda.
Los alrededores del Bicentenario, donde se levantaron carpas y pasaron la noche cientos de personas, quedaron llenos de basura. Botellas plásticas, vasos, fundas y cajas de cigarrillos se encontraban a cada paso.
Sin embargo, la limpieza empezó cinco horas después de terminado el concierto. Desde antes de las 06:00, personal de Emaseo trabajó en el interior del parque y en los exteriores.
Una barredora mecánica, una hidrolavadora y 16 trabajadores pasaron por las avs. De la Prensa, Amazonas, Real Audiencia y 10 de Agosto.
Otros 12 trabajadores necesitaron seis horas para limpiar el lugar que fue cercado para la presentación. Al mediodía de ayer, el lugar lucía prácticamente limpio. Según Emaseo se recolectaron 40 toneladas de residuos tras el concierto.
También decenas de trabajadores desarmaban ayer el escenario. Paúl Fuenmayor, de Prosonido, contó que en armar las tarimas e instalar los equipos para el sonido y video se tardaron seis días. En retirar las estructuras se demorarán dos.
La mañana de ayer ya se permitió el ingreso de la ciudadanía al parque. Decenas de personas salieron a ejercitarse.
En la cabecera norte de la antigua pista no hubo ningún inconveniente. No así en la parte centro- sur, donde se levantó el escenario. Allí aún había estructuras metálicas en el piso, camiones y un insoportable olor a orina, sobretodo en la av. Amazonas y el sitio de las baterías sanitarias móviles.
En un recorrido por el interior del parque se observó que unas vallas estaban tumbadas en la entrada.
Guillermo Salvador, supervisor de Emaseo, comentó que a pesar del desorden y la cantidad de basura, esta no ha sido una limpieza complicada, que realizaron después de un evento masivo. “En este concierto han estado educaditos, quizás por el control policial”.
Donde sí hubo novedades fue en el exterior del parque, donde algunos aficionados que quisieron ingresar a la fuerza cuando el lugar estuvo lleno.
Como resultado del incidente: vecinos asustados y 44 personas detenidas.