Al caminar por las calles de La Mariscal, en el centro-norte, se observan letreros, vallas, carteles y pantallas gigantes.
Sirven para hacer publicidad de bienes y servicios. Hay poca distancia entre un letrero y otro.José Loureiro, un turista argentino de 28 años, ayer caminaba por el lugar y se sorprendido por la contaminación visual. Él llegó a la capital hace un mes y decidió recorrer las calles Amazonas, Foch, entre otras.
Camina por el lugar porque lo considera atractivo. “Me llama la atención, por la noche, la cantidad de letreros luminosos. Pero en el día, el exceso de publicidad daña el lugar”.
Los letreros se colocaron pese a que está vigente la Ordenanza Municipal 186, que regula la publicidad exterior. Según la norma, cada publicidad se debe colocar a 200 m de distancia. Las autoridades municipales calculan que allí hay más de 800 letreros.
El Cabildo, a través de la Secretaría de Seguridad, organizó a los dirigentes, vecinos y a los propietarios de los locales ubicados en las 150 manzanas que son parte de la zona rosa.
Según los límites, La Mariscal se extiende de oeste a este desde la av. 6 de Diciembre hasta la av. 10 de Agosto. En cambio, de sur a norte, desde la avenida Patria hasta la Orellana. Actualmente, están catastrados 2 700 locales entre bares, restaurantes, hoteles y hostales, principalmente.
José Mera, propietario de un bar, explicó que desde hace un mes todos los vecinos participan en talleres para redactar una ordenanza. Uno de los 10 ejes que se debaten es la colocación de publicidad exterior.
Los 80 participantes del primer taller, realizado la semana pasada, también analizaron otros temas como el uso de suelo, la problemática ambiental, el control urbano, la movilidad, la seguridad, la organización administrativa, el espacio público, el fomento del turismo y la cultura.
Alexandra Montenegro, jefa de la Unidad de La Mariscal, explicó que en el proceso de preparar la ordenanza lo primero que se realiza es la consolidación del Comité de Gestión de La Mariscal.
Esta será una organización comunitaria integrada por dirigentes barriales, para ayudar al desarrollo de la zona.
La Unidad se encarga de entregar las invitaciones a los moradores y dueños de todos los establecimientos comerciales. “Lo primero es tener la misión y la visión de la zona. Esto se realiza con la participación de las instituciones públicas y privadas”.
En cuanto al control de los rótulos y gigantografías, Montenegro explicó que eso se realiza en toda la ciudad y que en La Mariscal también se está regulando mediante una ordenanza.
La implementación de los talleres está a cargo de la Empresa Metropolitana Quito Turismo, por encargo de la Secretaría de Seguridad. El siguiente encuentro tendrá lugar la próxima semana. Hasta la tarde de ayer aún no estaba determinada la fecha.
Allí, otro grupo de dueños de establecimientos comerciales y moradores del sector debatirán los artículos de la ordenanza especial que facilitará la convivencia de todos los vecinos. El fin es sacar una norma de consenso.
El control a las vallas publicitarias
La Ordenanza Metropolitana 186 regula la colocación de publicidad exterior en la ciudad. Según esta normativa, cada año debe renovarse la licencia de instalación de publicidad fija.
Esto se debe hacer 30 días antes de la fecha de vencimiento del permiso. Además, en la parte inferior del rótulo debe constar el número de permiso y su fecha de vencimiento.
Los encargados de hacer cumplir los permisos son los comisarios de Aseo de cada Administración. Cuando el trámite no se realiza, los responsables del control pegan notificaciones en las vallas, indicando que no tienen el permiso municipal.
Las empresas sancionadas este año legalizan sus vallas. También la Gerencia de Espacio Público trabaja en el retiro de vallas en puentes peatonales y postes de las principales avenidas.
Según la Ordenanza, la multa para quienes colocan publicidad sin la licencia municipal es del 50% de la remuneración básica.
Los rótulos están ubicados en las principales avenidas del norte y del sur de la ciudad.
Se calcula que hay más de 3 000 vallas. El costo del permiso depende de la cotización del metro cuadrado donde se ubique y del tiempo de duración. También se controla la señalización vial horizontal y vertical en el Distrito.