Al son de rancheras, entonadas por cuatro mariachis, los estudiantes y docentes de la Unidad Educativa Manuela Cañizares festejaron, el martes pasado, el 111 aniversario de la institución.
Todos se ubicaron en el patio con techo, para celebrar que el 14 de febrero de 1901 el general Eloy Alfaro fundó el primer plantel laico femenino. En sus inicios fue concebido como formador de maestras. Nació como Escuela Normal de Señoritas. En la primera promoción se graduaron siete mujeres.
A las 07:00 empezó el acto cívico. Los estudiantes del tercero de bachillerato vestían el uniforme de gala (saco, falda o pantalón azul marino y blusa o camisa blanca). Las mujeres cambiaron las medias blancas de lana por las de nailon y lucieron zapatos de taco.
Luego de las reseñas históricas y de la biografía de Manuela Cañizares, prócer de la Independencia, de quien se tomó el nombre en 1910, el orden se rompió. Los alumnos empezaron a bailar, cantar y aplaudir a su plantel.
“Es nuestra segunda casa”, dijo Samantha Sánchez, estudiante del segundo de bachillerato. Para ella, el respeto a la diversidad étnica, racial y religiosa es el legado más importante del colegio . “Tengo compañeros que practican religiones diferentes a la mía, pero eso no me molesta”.
Según Martha Lozano, ex alumna y rectora de la institución, a los alumnos se les inculca el amor al conocimiento. También se pone énfasis en la formación de la personalidad y en los valores.
En el aula, Carlos Sánchez, profesor de Filosofía desde hace 20 años, procura tratar en su asignatura temas de la vida familiar. “Como maestros debemos prolongar los buenos hábitos, costumbres y valores”.
Mauricio Delgado cursa el tercero de bachillerato y aspira a estudiar en la universidad Diplomacia y Relaciones Internacionales. “Aprendí que hay que respetar todas las libertades y cumplir todas mis obligaciones”.
Hasta 1994, el Manuela Cañizares fue un colegio femenino. En ese año abrió sus puertas para los varones. “Fue el primer colegio femenino de tradición en asumir esa responsabilidad”, según la Rectora. El propósito era ser coeducativos, no mixtos. Es decir, que hombres y mujeres no tengan funciones específicas, sino compartidas, que tengan igual oportunidad, obligaciones y liderazgo. “Una convivencia más justa y más real”, añadió Lozano.
En 1991, el plantel cambió de categoría y pasó a ser Unidad Educativa Experimental y se abrieron la escuela y el jardín. Estos últimos están en otro edificio.
En el de la av. 6 de Diciembre y Foch está el bachillerato. En tres bloques de aulas estudian 2 300 alumnos. El resto (1 250) estudian en una edificación ubicada en la Selva Alegre y Domingo de Espinar. El edificio de la av. 6 de Diciembre, de piedra labrada y amplias ventanas con marcos de madera, tiene unos 70 años. Ya necesita ser intervenido.
En las canchas, Camila Jerves practica basquetbol desde hace cinco años. Según ella, hay un fuerte apoyo para quienes practican deportes o se dedican a alguna actividad extracurricular. Cuando tiene partidos y a la vez pruebas, sus maestros le cambian de fecha. En el 2008, la institución incorporó el Bachillerato Internacional. Las autoridades dicen que fue un paso más hacia la búsqueda de la excelencia.
Rosa Toapanta, ex alumna, agradece la formación que recibió. “Mis maestras y maestros son una fuente de inspiración, sus sabias enseñanzas se han convertido en el credo de mi diario vivir”. Ella ahora es auditora.
Fanny Rodríguez/ Rectora Colegio Montúfar
‘Aprendí a amar lo que hago, a ser maestra de corazón’
Recibimos las bases para ser buenas profesionales y mujeres. Nuestras profesoras establecieron mucha disciplina, valores, responsabilidad, respeto, dones que deben caracterizar al maestro. Estas cualidades he desempeñado durante los 31 años que laboro en
el magisterio, me han servido para cumplir mis tareas. Trato de transmitir amor a lo que uno hace. Una maestra decía que por el hecho de haber nacido ya tenemos una suerte especial, pero debemos conservar esa vida y hacerla efectiva. Ser ‘manuela’ es sentirse respetable, responsable. Es ser maestra de corazón.
Lily Pullas/ Direct. Escuela Manuela Cañizares
‘El Manuela es la cuna de la formación de maestros’
Es un privilegio el haberme quedado en mi segunda casa, a la que asistí desde los 12 años. Le debo todo al plantel, mi formación como profesional y como persona. Me llena de orgullo poder transmitir mis conocimientos a otros niños bajo el mismo nombre del Manuela Cañizares. Mi vocación de ser maestra se fortaleció aquí. De niña jugaba a ser maestra. El plantel es la cuna de la formación de los maestros, los profesores que nos formamos tenemos más mística y mayor entrega. Esa vocación se fortaleció aquí, nos enseñaron a amar nuestra profesión y a sentirnos satisfechos por lo que hacemos.
Lya Naranjo/ Rectora Instituto Dillon
‘La sociedad nos reconoce como excelentes profesoras’
Yo me gradué hace 50 años, toda mi vida profesional se ha desenvuelto alrededor de las enseñanzas del Colegio Manuela Cañizares. Yo pude adquirir la profesión de la cual he vivido, con la que he educado a mis hijos y he ayudado en mi hogar. Ser ‘manuela’ es una gloria, un honor porque la sociedad nos reconoce como los mejores profesores, ser normalistas es la garantía de ser excelentes maestros. Como rectora inculco la gran cantidad de valores, como honradez honorabilidad, responsabilidad, puntualidad, amor a las personas, de los cuales he hecho gala durante toda mi vida.