Por el lado norte del intercambiador de El Trébol, todos los días, ingresa una volqueta tras otra cargada con material pétreo que se deposita en el relleno.
La obra, que empezó hace tres meses, está a cargo de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop). La maquinaria pesada empuja y nivela la gran cantidad de material de 07:00 a 19:00 y de 20:00 a 01:00.Máximo Ramón, gerente de Obras Públicas de la Epmmop, explica que cada día ingresan al sitio 5 000 m³ de material. Este es trasladado por 300 volquetas.
“El material que está llegando es lo que se recoge de toda la ciudad, especialmente del centro y del sur. El relleno se compacta con material pétreo medianamente clasificado”, dice Ramón.
El depósito de escombros es aprovechado por dos grupos de recicladores que recopilan materiales metálicos (hierros y tubos) y plásticos. Este material es entregado por gente que construye en diferentes partes de la ciudad. No se permite el depósito de basura ni de chambas.
Los recicladores, vestidos con overoles de dos colores, cumplen su tarea en medio de nubes de polvo. Conversar con ellos es complicado por el ruido ensordecedor de los motores de dos enormes maquinarias que trabajan en la compactación.
Además, según la Epmmop, también trabajan en el lugar tractores, rodillos y tanqueros de agua. Hay un jefe de escombrera, un supervisor, cinco operadores, siete ayudantes, dos choferes y cuatro recaudadores. Estos últimos son los encargados de cobrar el ingreso de las volquetas. Cuesta entre USD 2 y 4, según el volumen de cada volqueta.
Luego de tres meses de descargas de escombros y tierra, el relleno tiene un avance del 55%, según los técnicos y los obreros responsables. Todos los días el movimiento es intenso.
Sin embargo, Manuel Chicaiza, conductor de una volqueta, manifiesta que el trabajo es irregular porque algunos días realiza hasta seis viajes, pero en otros solo uno o dos. “Recogemos tierra extraída de Guápulo y de otros barrios del sur donde hay construcciones”.
Para la compactación del material se utilizan dos rodillos metálicos y tres tractores con orugas metálicas y una pala. Las volquetas que ingresan al relleno lo hacen por la autopista General Rumiñahui, al costado occidental.
Cuando hay largas filas de vehículos, hay congestión. Eso dificulta la circulación de los automotores que entran a Quito provenientes del valle De los Chillos. “La hilera de volquetas obliga a circular más despacio o cambiarse de carril. Hay tráfico en las horas pico”, dijo Paúl Villacís, conductor de un auto particular.
En total, serán cuatro hectáreas de relleno. Según el plan, estaría listo en diciembre. Ramón argumenta que para realizar el relleno se hicieron estudios técnicos y se construyó un túnel para el embaulamiento del río Machángara y las aguas servidas.
El funcionario aclara que obras públicas de la Epmmop es responsable solo del relleno. El Municipio todavía realiza un estudio para decidir el uso que tendrá el nuevo espacio.
En la anterior administración municipal se presentó un proyecto para construir una terminal de transferencia de buses interparroquiales que está en el Playón de La Marín. El alcalde Augusto Barrera y el área de movilidad todavía no han hecho oficial el uso que tendrá el relleno.