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Ellos crearon su propia editorial

En el taller.   Vanessa Granda, Agustín Guambo y Natalia Páez  elaboran  los libros de su editorial.

En el taller. Vanessa Granda, Agustín Guambo y Natalia Páez elaboran los libros de su editorial.

Eran las 12:00 del pasado sábado y desde la recepción del edificio de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, ubicada en las avenidas 6 de Diciembre y Patria (norte de Quito), no se escuchaba ruido alguno.

Al llegar al tercer piso, unas risas rompían el silencio y un olor a pintura invadía el ambiente. Diego Velasco Andrade, director de los talleres de literatura, comentaba junto con 15 jóvenes el lanzamiento del libro de Paúl Miño, uno de sus compañeros.

En un rincón del amplio cuarto estaban regados cartones desarmados. También había hojas de papel arrumadas, lápices, brocas, hilo para hacer cometas, marcadores de colores, pinceles y latas de pintura y espray.

Sobre el piso alfombrado, nueve integrantes del Kolectivo Murcielagario se sentaron a organizar la elaboración de su segunda colección de libros hechos con material reciclado.

Con el sello de la Editorial Murcielagario Cartonera, los jóvenes fabricaron artesanalmente 150 libros, de la primera colección. Los textos fueron vendidos a USD 1,50 en la feria de editoriales alternativos, realizada el pasado 2 de julio, en la Casa de la Cultura Ecuatoriana.

Esa fue la primera vez que se decidieron a publicar las creaciones literarias de cuatro de los integrantes del taller: Marco Tobar, Agustín Guambo, Pablo Flores y Cristhian López. El trabajo lo hicieron en tres semanas.

Después de esa experiencia, decían ya estar entrenados en el proceso de elaboración. Natalia Páez, Cristina Córdova y Vanessa Granda cortaban el cartón en pedazos de 15 cm de ancho por 22 cm de largo. Esas serían las portadas y contraportadas de los libros.

Junto a ellas, Fernando Carrera y Romel Barragán revisaban y cortaban las publicaciones de la segunda colección ‘Aullido Internacional’, impresas en hojas de papel bond reciclado (14,5 cm de ancho por 21cm de largo).

Cerca de la ventana, Agustín Guambo pintaba de negro, con ayuda de una brocha, las portadas de los libros. Franklin Miranda, con un espray blanco, plasmaba en las contraportadas el logotipo que identifica al colectivo.

A las 12:50 llegó Marco Tobar. En sus brazos sostenía varios cartones que había recolectado en las tiendas del sector donde vive.

Sacó de su mochila un estuche de herramientas, dos rollos de hilo para hacer cometas y un taladro. Verificó que la pintura de los recubrimientos de los libros ya estuviese seca, los alineó con las hojas de papel bond y con el taladro hizo cinco orificios en un costado de los libros artesanales.

Sentada sobre una pequeña silla de madera permanecía Andrea Maldonado. Ella cosía con hilo de cometa el costado izquierdo de los textos y colocaba, con mucho tino, remaches plateados en cada uno de los orificios.

“El propósito es hacer cada sábado 100 libros. Vamos a trabajar hasta el 22 de octubre. El 24 los enviaremos a tres ferias internacionales. Esperamos tener acogida”, dijo Maldonado.

Este grupo de jóvenes fue invitado a participar con sus textos en La Feria del Libro Popular, que se realizará a finales de octubre en Santiago de Chile. Luego, parte de la colección se presentará en la Casa de la Literatura Peruana, en Lima. Ahí, los libros permanecerán hasta inicios de diciembre para luego ser enviados al Festival de Literatura Latinoamericana, en la Municipalidad de San Isidro, en Buenos Aires, Argentina.

El diseño de las portadas es una de las particularidades de estos libros. Dependiendo de cada uno, se colocan con goma disuelta en agua los dibujos hechos a mano en cartulina. En la parte inferior derecha van el nombre del autor y el logotipo de la editorial.

Hasta las 17:00, los nueve jóvenes tenían 75 libros terminados. 25 menos del número que planificaron. El cansancio se notaba en sus rostros, con las manos manchadas de pintura y goma decidieron parar la producción y dirigirse a sus casas.

A esa hora caía una llovizna en ese sector de Quito. Los jóvenes se apresuraron a guardar sus cosas en mochilas para salir lo más pronto. No querían que les sorprendiera el aguacero antes de llegar a sus hogares. Hacía frío.

Se comprometieron a encontrarse el próximo fin de semana, ya no a las 12:00, sino a las 09:00.

El colectivo

Se inició  en el 2007, integra a unos 30 jóvenes escritores, músicos, poetas, pintores, teatreros, malabaristas, entre otros.
Buscan  crear espacios urbanos para difundir  el arte, principalmente, en los estudiantes de colegios de la ciudad.

Sus  trabajos  participaron en la feria de editoriales alternativas, en la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Vendieron 150 libros a USD 1,50 cada uno.

La nueva colección,  ‘Aullido Internacional’,  participará en tres ferias de libros, en Argentina, Perú y Chile. Elaborarán 300 libros.
Tienen previsto  viajar en octubre a la Feria del Libro en Chile.