Durante dos días, entre La Marín y la av. Naciones Unidas, el tiempo de viaje en bus fue de 30 minutos. La diferencia entre un día y otro fue el control de la Policía Metropolitana.
Desde el 6 de febrero, la Policía Metropolitana inició un plan piloto para exigir a los conductores y pasajeros de los buses el respeto de las paradas. Otro de los objetivos fue el de mejorar los tiempos de viaje en el transporte público.
A las 06:50 del pasado miércoles, en la esquina de la av. Pichincha y Pedro Calixto, en el sector de La Marín, unas 20 personas esperaban un bus en la acera.
Las unidades que giraban en esa intersección para regresar al norte se quedaban paradas por varios minutos. Eso, a pesar de que la luz verde del semáforo habilitaba el giro en U. Dos policías de tránsito estaban parados en el parterre, pero no hacían avanzar a las unidades. Cuando cruzaban el semáforo, la espera se hacía en la esquina de la Pedro Calixto. Ahí no existe una parada señalizada.
Eduardo Velásquez se moviliza a diario entre La Marín y Carcelén. “La falta de señalización confunde porque no sabemos en qué sitio subir al bus”.
Los controladores voceaban los destinos de cada unidad. “Comité del Pueblo, por la 12 de Octubre”, gritaba uno de ellos.
Los pasajeros subían por las dos puertas del bus. A las 07:00, la unidad 1141 de la Cooperativa Quiteño Libre partió de La Marín. Los pasajeros pagaban el pasaje a la salida y aprovechaban los semáforos para subir y bajar.
Hasta la calle Piedrahíta, en el sector del Hospital Eugenio Espejo, el conductor mantenía la puerta delantera abierta. A unos 40 metros, los primeros policías metropolitanos vigilaban la siguiente parada. El conductor cerró la puerta y avanzó hasta la esquina de la Yaguachi. Desde ahí hasta la av. Naciones Unidas, el conductor solo se detenía en las paradas donde había control.
María Fernanda Lutuala, pasajera, dijo que se debería evaluar la distancia entre las paradas. “Cuando hay control me quedo en la parada de la Plaza Artigas y me toca caminar cuatro cuadras hasta la escuela de mi hijo. Cuando no hay control me quedo antes y solo camino una cuadra”.
El viaje hasta la av. Naciones Unidas duró 30 minutos. En el trayecto, la unidad se detuvo 17 veces. En ocho ocasiones lo hizo en sitios prohibidos.
Durante la primera fase, un grupo de 220 aspirantes a policías vigilan que los pasajeros y conductores respeten las paradas. El control se aplica rotativamente en 247 puntos a lo largo de las vías de mayor flujo vehicular, en dos horarios: de 06:30 a 10:00 y de 16:00 a 20:00.
Xavier Andrade, subinspector de la Policía Metropolitana, explicó que la tarea de los uniformados también es la de monitorear el flujo de pasajeros en cada parada.
“Si se detecta un sitio que tiene bastante demanda se pasa un informe con las recomendaciones para la señalización”.
La mañana del jueves, el control se trasladó a otros sectores. En el sector de La Marín, el ambiente fue el mismo. Los buses circulaban con las puertas abiertas, los pasajeros subían y bajaban por las dos entradas. A las 06:50, la unidad 1393 de la Cooperativa Alborada salió rumbo al Comité del Pueblo. Alejandra Torres, quien viajaba en la unidad, dijo que procura tomar el bus en la parada, aunque reconoció que cuando no hay control también lo hace en sitios prohibidos.
Al llegar a la av. 12 de Octubre, a la altura de la Universidad Católica, el conductor se detuvo en media calle para dejar a una mujer. En la av. 6 de Diciembre, la unidad 2561 de la Cooperativa Colectrans rebasó y el chofer de la Alborada aceleró. Hasta la av. Naciones Unidas, el tiempo de viaje fue de 30 minutos. El conductor se detuvo en 23 ocasiones. 12 fueron en sitios prohibidos. Para Torres, el control de las paradas no solo mejora la seguridad vial, sino que ayuda a ordenar el tránsito. “Los buses causan congestión cuando paran a cada rato”.
Jaime Guanoluisa, conductor de la Cooperativa Trans Alfa, calculó que reduce en unos 10 minutos el tiempo de viaje cuando hay controles. “Además, ya no hay que pelear con los pasajeros, quienes a veces también se quejan cuando quieren quedarse en cualquier sitio”.
El proyecto
El Municipio ejecuta la señalización de 305 paradas en las avenidas Alonso de Ángulo, Universitaria, Patria, 12 de Octubre, Rodrigo de Chávez, Amazonas,
Colón, y en las calles Versalles, Venezuela, Benalcázar.
Las infracciones más frecuentes son parar fuera del punto autorizado y circular con las puertas abiertas.
Según la Dirección Nacional de Tránsito, en el 2011 hubo 96 036 citaciones por estacionarse en sitios prohibidos.