Otra protesta estudiantil marcó el segundo día de la restricción vehicular de pico y placa. Ayer, los estudiantes del colegio Mejía, en el centro-norte, cerraron las calles cercanas a las instalaciones de la unidad educativa, en reclamo del alza del precio de la leche. Alrededor de las 08:00, los alumnos avanzaron por la calle Antonio Ante y se tomaron parte de la avenida 10 de Agosto, frente al Consejo Provincial de Pichincha. Los estudiantes impidieron el paso del Trolebús. Esto ocasionó trancones en ambos sentidos de la avenida. En dirección sur-norte, las filas de carros iban desde el parque La Alameda hasta el Coliseo Julio César Hidalgo, en el sector de La Marín. Ahí los buses y los vehículos pequeños que no tenían restricción en su placa (3 y 4) circularon con lentitud. Para reabrir el paso de los carros, miembros de la policía dispararon bombas lacrimógenas y dispersaron a los colegiales. Los alumnos fueron obligados a regresar a las instalaciones de la institución. A las 08:30 el paso de los carros por la avenida 10 de Agosto fue normal. Sin embargo, el paso vehicular por la calle Vargas, desde la Caldas hasta la Riofrío permaneció cerrado. Aunque los estudiantes no se tomaron esas vías, las calles fueron cerradas por precaución ya que los alumnos lanzaban piedras en contra de los policías que se encontraban en el lugar. Para que los conductores puedan circular por el sector en sentido sur-norte, en la calle Venezuela se implementó un contraflujo desde la Caldas hasta la Riofrío. Desde esa calle, el paso por la Vargas era regular con dirección a la av. América.Sesenta uniformados acudieron hasta el sector de la Basílica para impedir que los estudiantes continuaran con la protesta. Sin embargo, el número de gendarmes no amedrentó a los colegiales quienes continuaron llenando de piedras las vías. En un primer balance de la Policía, 12 estudiantes fueron detenidos. Ellos deberán presentarse ante una comisaría y responder en caso de que se presentara algún daño en las viviendas del lugar.