El Código de Ordenamiento Territorial (Cootad) aprobado en la Asamblea Nacional obliga a buscar alternativas para mantener la tarea que realiza el Fondo de Salvamento (Fonsal) en el cuidado del Patrimonio Histórico de Quito.
El Cootad desconoce la autonomía financiera del Fonsal y obliga a que la asignación de los recursos económicos, que se recibe del 6% del Impuesto a la Renta, pase a ser parte del presupuesto del Municipio del Distrito. Eso ocurría hasta antes del año 2000 desde su creación (1988).
Guido Díaz, director del Fonsal, explica que se han mantenido conversaciones previas con el alcalde Augusto Barrera, el Directorio del Fonsal, los concejales y otros funcionarios del Cabildo sobre el futuro de la organización, por la aprobación del Cootad.La preocupación entre los técnicos del Fonsal es que se utilicen los recursos de la entidad en otras áreas municipales, al ser parte del presupuesto general del Cabildo. El propósito de las reuniones, según Días, es coordinar un proceso para plantear una salida y convertir al Fonsal en Empresa Pública para que pueda seguir ejecutando proyectos .
Sin embargo, el plan primero debe ser aprobado por el Concejo Metropolitano. El edil Fabricio Villamar, presidente de la Comisión de Cultura, dice que el Fonsal fue creado mediante ley y debe ser derogado también con una ley, como está ocurriendo con el Cootad. Para él, el Fonsal no puede desaparecer porque es considerado como una unidad técnica, creada mediante Ordenanza.
“Entonces, se piensa en convertirlo en una Empresa Pública, con un campo de servicio rentable y que trabaje en la conservación del Patrimonio”, dice el edil.
El tema también será analizado por el Directorio del Fonsal. Este está integrado por el Alcalde; Manuel Bohórquez, presidente de la Comisión de Centro Histórico del Cabildo; un representante del Instituto Nacional del Patrimonio Cultural y uno de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
La conversión en entidad pública será resuelta en los próximos meses. Díaz aclara que por ningún motivo este trámite burocrático pudiera afectar a las obras que se ejecutan en este año.
“Eso es parte del cronograma de presupuestos. Lo importante, en el futuro del Fonsal, es la predisposición de la administración municipal para respaldar el trabajo”, comenta.
Según la ley con la cual se creó el Fonsal, los recursos asignados en sus inicios fueron del 3% en el precio a las entradas de espectáculos públicos en Quito, el 10% del presupuesto inicial del Fondo Nacional de Emergencias (Fonem) y dinero de otras donaciones.
Sin embargo, hubo reformas en las fuentes de financiamiento en los últimos años. Desde junio de 1990, con la Ley de Régimen Tributario Interno, se dispuso del 6% del Impuesto a la Renta para financiar los trabajos del Fonsal. En 1 999 también se dispuso del 1% a la circulación de capitales.
Por cuestiones políticas y administrativas se suprimió el Fonem. Así, la estructura actual de los ingresos del Fonsal lo constituyen el 6% de Impuesto a la Renta, que representa el 97% de todo el presupuesto de la entidad.
También se recibe recursos del 3% del impuesto a los espectáculos y otros ingresos. Según Díaz, este año esos valores representan alrededor de USD 90 millones. A diferencia de lo ocurrido en otras administraciones, el Gobierno está al día en su entrega de los recursos de este año. Incluso, eso facilita la ejecución de obras como la demolición del antiguo terminal Cumandá, en el centro.
En este proyecto el Fonsal invierte USD 1 millón. El proyecto es parte de la recuperación integral de La Ronda.
En el presupuesto del 2010, entre el 40% y 50% está destinado a la obra pública. Esa fue la razón de crear el Fonsal, según sus archivos históricos. La entidad fue creada desde el sismo que afectó al país en 1987. Ese año, el Congreso creó el Fonsal para preservar las obras de arte y arquitectura.