Cerca de 50 personas de las comunidades del Inga Bajo, Santa Ana e Itulcachi protestaron este 26 de mayo por la falta de atención de la actual administración municipal. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Este martes 26 de mayo del 2015, alrededor de las 14:30, los moradores de tres comunidades cercanas al relleno sanitario de El Inga levantaron el cierre de este espacio. Esto tras una reunión con las autoridades municipales, en donde solicitaron que se tomen en cuenta sus pedidos de obras.
Alrededor de las 10:00, cerca de 50 personas de las comunidades del Inga Bajo, Santa Ana e Itulcachi salieron con carteles en mano para mostrar su descontento ante la falta de atención de la actual administración municipal a las comunidades.
Marcelo Escorza, presidente de Itulcachi, señaló que las comunidades siguen abandonadas. “Se ha hecho muy poco por nosotros. Tenemos una fuerte presencia de ratas y perros que no podemos controlar”.
A esto se suma los olores fuertes producto de los desechos que diariamente se depositan en este relleno.
“Los olores son insoportables y los tenemos que soportar a toda hora y a todo momento”. Así lo dijo Fabián Alquinga, dirigente del Inga Bajo.
Él junto a otros dirigentes se reunieron la mañana de este martes 26 de mayo con el Procurador del Municipio. Aquí se planteó la falta de cumplimiento de las promesas de obras a los sectores que están cercanas y el manejo deficiente de los desechos.
Al momento, el relleno está abierto y se observa el paso de los vehículos cargados de basura. Los dirigentes llegaron hasta este sitio para ver si los miembros de las comunidades levantaron la medida. Sin embargo, aseguraron que si no se da respuesta inmediata a este hecho está prevista una huelga general.