Cuando se inauguró el complejo del Teleférico, en las laderas del Pichincha, en mayo del 2005, se abrieron unos 80 negocios, entre restaurantes gourmet, locales de comida rápida, heladerías, tiendas de artesanías, una discoteca y un parque de diversiones.
En el área de 30 000 m² de construcción, seis años después, solo están abiertos siete negocios: una tienda de artesanías, una heladería, un restaurante de comida rápida, un fotoestudio, un local de souvenirs, un sitio donde se vende té y una cafetería.
Además, el Teleférico y el Vulcano Park, que son los principales ganchos para atraer clientes. Juan Pablo Hidalgo, gerente de marketing de Vulcano Park y de la empresa Prostatus, aseguró que en el primer año de funcionamiento, la idea de instalar locales de comida no surtió el efecto esperado. “La gente puede comer cerca de su casa o en los centros comerciales. De eso nos percatamos con el transcurso del tiempo”.
Otra causa que derivó en el cierre de los locales comerciales, según Hidalgo, es que los dueños no sabían que el negocio era estacionario. “Pensaron que habría visitantes constantemente”.
El clima es otro factor que influyó. Durante el invierno, la gente no sube al complejo por el frío. El miércoles pasado estaba soleado, pero corría mucho viento, lo cual obligó a las personas a abrigarse.
Hay áreas del lugar que están olvidadas. Donde funcionaban los restaurantes gourmet, la maleza creció, los pasamanos están oxidados y las paredes se están desconchando. Las escaleras eléctricas que conducían desde el Vulcano a la entrada del Teleférico y viceversa están desconectadas.
Nelly Araujo, dueña de la cafetería Punto Nescafé, que funciona desde la apertura del complejo, en la parte de superior del Teleférico, contó que hay que aprovechar los meses de verano para soportar el invierno, época en la cual no llegan visitantes.
“El problema fue que había muchos locales y no hubo demanda para todos. Además, faltó apoyo por parte de las autoridades”.
Para ella, otro factor que influyó en el fracaso de los negocios es que el complejo ganó fama de ser caro. “Los precios son más altos, como en todo destino turístico”.
Con el propósito de cambiar esta percepción de la gente, el parque de diversiones ofrece promociones todos los días. Por ejemplo, ahora en la temporada más fuerte (verano) la promoción es de 20 juegos a USD 0,50 cada uno.
Según Hidalgo, el proyecto no ha fracasado. “En el Teleférico y en el Vulcano se perciben ganancias de entre el 10 y el 12% anuales”. En mayo del 2010 ingresaron al complejo unas 80 000 personas. Este año, en mayo, hubo 70 000. La razón: el 2011, desde el año de la apertura del complejo, fue el año con más lluvias.
Roberto Fegan, ex concesionario del patio de comidas (su local atendió siete meses), el proyecto fracasó porque los promotores no tuvieron relación con el turismo, ninguno tenía acuerdos con hoteles. “También falló el Municipio, porque ofreció una línea de buses urbanos que fuera al Teleférico, lo cual no se ha cumplido”.
Ahora, se piensa en abrir nuevos servicios para el visitante: hospedaje, museo, etc.