El Colegio Simón Bolívar deja el Centro Histórico. Se cambia por una razón: la infraestructura del actual edificio ya no tolera la cantidad de estudiantes. El colegio tiene 3 000 alumnas en jornadas matutina y vespertina.
Según la rectora, Mercedes Loachamín, la infraestructura tiene unos 400 años. Los pisos de madera son muy inestables y los techos de carrizo tienen problemas por la humedad.Loachamín comenta que el temor por la inseguridad aumenta cuando empieza la época de lluvias. “Los bomberos nos dijeron que tenemos que salir de inmediato”. Hasta ahora no se presentó ningún accidente.
Otro problema latente es el relacionado con las instalaciones eléctricas. La Rectora dice que si se produce un cortocircuito, podría terminar en un incendio de proporciones. “El carrizo y la madera son materiales muy inflamables. Por eso es el riesgo”.
Mientras las alumnas están de vacaciones, Patricia Rivera aprovecha para pintar paredes, puertas y pupitres. Dice que no se hacen arreglos de fondo, porque el colegio ya va a salir del Centro Histórico. Se mudará a la Escuela Eugenio Espejo.
Según el jefe de la Zona Centro del Cuerpo de Bomberos, mayor Carlos Miño, el año pasado fue la última inspección en los colegios del casco colonial.
Se verificó el estado de los colegios Hermano Miguel, Simón Bolívar, Eugenio Espejo, San Andrés, Sagrados Corazones, entre otros. Se alista una nueva inspección para verificar que se hayan cumplido con las observaciones. Será a inicios de septiembre.
En su opinión, por ser infraestructuras ubicadas en un área histórica, siempre habrá problemas por los materiales antiguos utilizados para las construcciones. Una de las recomendaciones más comunes para los responsables de los planteles inspeccionados fue que instalen una red hídrica. Eso implica romper las paredes, lo cual podría ocasionar que se desplome todo el edificio.
Entonces, la recomendación es usar otros equipos como extintores o capacitar en emergencias.
El Colegio Sagrados Corazones también tiene problemas con la infraestructura. El techo de tejas es inestable y caen en pedazos en las calles aledañas.
Según la administradora, Carmen Chizaguano, en una ocasión una teja cayó a un transeúnte. La rectora, la madre María Ponce, cuenta que el problema es por la circulación del trole.