Los comerciantes durmieron en las veredas de la Michelena, en el sur. Desde las 22:20 del domingo alzaron su mercadería, no retiraron sus puestos de las aceras y comenzaron a acomodar cartones para dormir en el piso.
El propósito de los 200 comerciantes es no dejar la calle para impedir el cierre de la vía y el inicio de la obra de regeneración anunciada por el Municipio. El plan es convertir al lugar en una zona más segura y conservar el movimiento comercial.
La noticia impulsó a los comerciantes de la Asociación la Michelena y de la Asociación de Comerciantes El Pintado (Aspecop) a vigilar la zona para evitar el ingreso de la maquinaria.
Los vendedores se organizaron para cuidar el espacio de sus negocios. Unos durmieron en las veredas y otros en sus carros. Se calcula que unos 80 comerciantes estuvieron a cargo de la vigilia.
En el lugar había niños, madres de familia y personas de la tercera edad. Petronia Fernández, vendedora de artesanías y bisutería, fue una de las comerciantes que llevó cobijas para pasar la noche.
“Soy de Riobamba y mantengo a mi familia de lo que vendo en esta calle. El día que no trabajo, no como”, dijo Fernández, de 38 años. El ajetreo de los dirigentes fue intenso. Mientras ellos organizaban la vigilia, un grupo de jóvenes jugaba fútbol en la vía.
Jorge Gutiérrez, uno de los dirigentes, explicó que la oposición se debe a que la obra iba a comenzar sin un acuerdo de reubicación de los informales. “El anuncio es que se cierra la circulación vehicular. No tenemos un lugar donde vender. Mantuvimos reuniones, pero no firmamos nada”.
Con el transcurrir de la noche arribaron más comerciantes. A las 22:55, en medio de la desorganización, los vendedores conversaron con Mónica Sandoval, funcionaria de la Administración Zonal Eloy Alfaro. Ella se comprometió a suspender el inicio de la obra y a evitar el ingreso de la maquinaria al lugar.
El acuerdo verbal no convenció a los manifestantes. Ellos exigían un documento por escrito. Sin ningún resultado, Sandoval se retiró del lugar. “Mantendremos una nueva reunión”.
Ayer los vendedores madrugaron. Con pancartas rechazaban el cierre de la vía. Exigían la presencia del administrador zonal y de un documento que garantizara su reubicación en otro sitio.
A los reclamos se sumaron los dueños de los locales comerciales. Ellos apoyan la obra, pero piden iniciar los trabajos en otra fecha. Según el anuncio del Cabildo, el plazo para la ampliación de las veredas es de 100 días. Eso afectaría las ventas de diciembre.
César Andrade, administrador zonal, aseguró que tratarán de conseguir consensos. Hasta resolver el problema, los trabajos no arrancarán. El Fondo de Salvamento financia el mejoramiento del lugar. La obra de la Michelena cuesta USD 507 000.