En medio de los cortes de luz que afecta a Quito debido a la crisis hídrica, la ciclovía ofrece una posible solución para mejorar la movilidad en la ciudad.
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Con 144,25 kilómetros de infraestructura distribuidos entre tramos utilitarios (82.13 km) y recreativos (62.12 km), esta red facilita los traslados, sobre todo en trayectos cortos. Sin embargo, su implementación enfrenta varios desafíos, como la ausencia de un sistema de bicicleta pública y la falta de una cultura vial adecuada.
¿Es posible utilizar la ciclovía como una solución de movilidad en Quito?
Los cortes de luz, provocados por la disminución de agua en los embalses de Mazar y Coca Codo Sinclair, interrumpen los semáforos por largas horas y complican la congestión vehicular.
Frente a este panorama, la ciclovía se presenta como una alternativa viable durante las horas diurnas, aunque todavía requiere ajustes en varios aspectos.
Diego Puente, integrante del colectivo de ciclistas Ciclópolis, explica que la ciclovía necesita mayor cobertura y una mejor convivencia ciudadana.
Según Puente, la bicicleta supera a los vehículos durante los cortes de luz, ya que permite avanzar en cruces donde los semáforos permanecen apagados o no hay agentes de tránsito.
Sin embargo, critica que las autoridades de tránsito priorizan a los vehículos por encima de los peatones y ciclistas.
Además, considera que los cortes de luz representan una oportunidad para promover el uso de la bicicleta como medio de transporte.
Por esta razón, insiste en la importancia de articular el uso de la bicicleta con el sistema de transporte público.
Por su parte, Wladimir De la Torre, del programa para las Américas de Global Designing Cities Initiative, coincide con Puente en que resulta más seguro usar la bicicleta durante las horas de alta carga vehicular.
No obstante, advierte que cuando el tráfico disminuye, los vehículos circulan a mayor velocidad, lo que incrementa los riesgos para ciclistas y peatones.
En contraste, Andrés Castillo, experto en movilidad, cuestiona la viabilidad de esta opción.
Detalla que Quito carece de una cultura que fomente el respeto hacia los ciclistas, lo que limita el impacto de la ciclovía.
Aunque esta infraestructura se planteó para mejorar la movilidad, asegura que no garantiza soluciones efectivas debido a las condiciones actuales de la ciudad.
También señala que los cortes de luz son un problema temporal y que la ciclovía no resolverá el tránsito en estos casos.
Quito sin bicicleta pública
Además, el sistema de bicicleta pública dejó de operar en julio de 2023, lo que limita el acceso para quienes podrían considerar este medio.
Según De la Torre, el regreso de este servicio, vinculado al transporte público, sería clave para promover su uso.
Asimismo, mejorar la calidad y cobertura del transporte público incentivaría a más personas a combinar ambos medios.