Las chivas, un termómetro de la fiesta en las calles

20 chivas aparcadas ayer.   Junto a  la av. Colón, los dueños    se quejaban  por la escasez de contratos.

20 chivas aparcadas ayer. Junto a la av. Colón, los dueños se quejaban por la escasez de contratos.

En diciembre de 1993, luego de que llegaran a Quito por la Copa América, las chivas se volvieron parte de las fiestas de Quito. Diego Artunduaga, dueño de La Chiva de Mi Pueblo, lo recuerda.

La diversión a bordo de una ranchera, junto a la música de una banda de pueblo y los canelazos, es única, refiere Mónica Arroyo, joven esmeraldeña, estudiante de Comunicación, quien desde el 2010 disfruta de los festejos. “Con mis compañeros estamos pensando contratar una chiva”.

Artunduaga sostiene que en su agenda ya casi no hay lugar para contratos. Asegura que estos llegaron desde octubre, para los vehículos de su empresa.

La suerte de José Freire es distinta. En el aparcamiento de las avenidas Colón y Amazonas, norte de Quito, su chiva es una de la veintena de automotores que ayer esperaban clientes; todos llegaron desde Baños. “El año pasado tenía contrato cada media hora. Este año tengo dos contratos por día. No sé por qué ha bajado la demanda”, dice acongojado y desconoce si la suspensión de las corridas de toros incidió.

Los 20 vehículos aparcados y los 10 de La Chiva de Mi Pueblo ya tienen el permiso de la Secretaria de Movilidad del Municipio. Según Byron Ruiz, técnico de esa dependencia, hasta las 16:00 de ayer 83 automotores habían recibido el permiso para circular.

¿El Municipio está al tanto de la escasa demanda? Ruiz solo admite que no se han reportado retenciones de chivas sin papeles. Advierte que las rancheras que transiten por Quito sin autorización serán llevadas retenidas por 15 días y multadas con tres remuneraciones básicas unificadas.

En Quito hay reglas para los ciudadanos que transitan en chivas. El Municipio prohibió que los pasajeros viajen en el techo. Eso redujo los índices de caídas en los últimos dos años. Christian Rivera, paramédico del Servicio de Ambulancias, Médicos, Urgencias y Rescate (Samur), manifiesta que hace un año un joven murió al caer de un vehículo. Registros históricos dan cuenta de una chiva accidentada el 2008.

En la restricción municipal, Artunduaga encontró una oportunidad: en el 2008 se le ocurrió convertir a la tradicional ranchera (bus con asientos de madera) en una chivateca. Él afirma que tan buena resultó la idea que, en la actualidad, su flota de chivas consta de tres tradicionales y siete chivatecas. “Estas últimas son las preferidas entre las personas”, porque garantiza la farra en el vehículo.

Las nuevas chivas ya no tienen una banda de pueblo tocando, sino a un DJ, quien en dos horas de recorrido por las principales arterias de la ciudad pone todo tipo de música. El recorrido abarca el Centro Histórico y la zona rosa y finaliza con música nacional, lo más solicitado desde el inicio.

Pero en Quito no solo existen chivas para bailar por las calles. Desde el 2011 hay el Party Bus, una discoteca rodante. El lugar cuenta con una barra, asientos, espacio para DJ, luces, un baño, pantallas y pista de baile. Recorre los alrededores de la plaza Foch y también el Centro de Quito.

Bianka Yánez recuerda que hace tres meses fue invitada a una fiesta en este bus. La experiencia, asegura la joven, fue inolvidable. “El ambiente es igual al de la disco, solo que esta se mueve”.

Según el permiso de la Secretaría de Movilidad, los buses dedicados a esta actividad deben ir a una velocidad máxima de 30 km/h, no invadir los carriles exclusivos del transporte metropolitano ni llevar propaganda de licor o cigarrillos. Asimismo, las chivas deben tener un adhesivo en el parabrisas con la capacidad de pasajeros y sus conductores portar licencia profesional.

Sayce cobra a las chivas un impuesto anual como establecimiento público, para circular.

Las recomendaciones

Por Ordenanza,  está prohibido  subir  al techo de la chiva. Si las personas  no acatan la normativa, el  conductor debe detener la marcha del carro y
no moverse hasta que estas bajen. Colabore, el chofer puede ir preso.

Antes de subir a la chiva   verifique que el automotor no tenga llantas lisas y que cuente con  los permisos municipales. En estas fechas muchos carros vienen de  otras ciudades y operan sin autorización. También revise si las barandas están seguras.

Suplementos digitales