El acto litúrgico se realizó en La Catedral Primada de Quito. Foto: Betty Beltrán / EL COMERCIO
Los haré pescadores de hombres. Esta fue una de las frases con la cual comenzó la ceremonia de ordenación de seis sacerdotes y un diácono, en la Catedral Primada de Quito (ubicada en el corazón del Centro Histórico de Quito). La ceremonia comenzó a las 08:30 de hoy, sábado 16 de julio del 2016; la presidió el arzobispo Fausto Trávez.
El templo, con una capacidad de 1 500 personas, estuvo totalmente lleno de familiares de los consagrados. Y llegó uno de los momentos más solemnes, justo cuando los ordenados se postraron en el piso, unos frente a otros y cerca al altar mayor… Fue un rito de renuncia al mundo y consagración al servicio del Señor y al pueblo.
Llegó la ordenación al nuevo diácono (servidor del altar). Se puso de rodillas y el arzobispo le impuso las manos sobre su cabeza y pronunció la plegaria de ordenación para nombrarle servidor de Jesús.
El nuevo diácono fue revestido por sus familiares; y ya con toda su ornamenta se acercó nuevamente frente al arzobispo Trávez y recibió el evangelario (un libro con los evangelios).
Llegó el turno para la ordenación de los sacerdotes. Seis hombres de entre 28 y 65 años, frente al altar e inclinadas sus cabezas. De rodillas recibieron la imposición de manos del arzobispo y de todos los 70 sacerdotes invitados a la ceremonia.
“En esta carestía de curas, está muy bien que se ordenen”, comentó entre susurros Gracia Vaca, una fiel católica que asistió a la ceremonia. Se sintió muy emocionada.
Y continuó la ceremonia. El Arzobispo les ungió en toda la palma de las manos con el santo crisma, aceite que se consagra el Jueves Santo.
Terminó la ordenación con el abrazo de paz de los sacerdotes. Y sonó la canción Pescador; todos los asistentes siguieron el coro.
Enseguida vino la liturgia de la eucaristía (ofertorio, consagración y eucaristia). Y el nuevo diácono preparó el altar para la consagración. El diácono después de un año podrá ser sacerdote.
Se escuchó la canción Oh buen Jesús y los nuevos sacerdotes repartieron la eucaristía a todos los fieles presentes en La Catedral. Luego, los seis sacerdotes ordenados ofrecieron la bendición a dos obispos que también presenciaron la ceremonia.
Al final y en acción de gracias, Trávez les pidió a los nuevos sacerdotes que realicen tres misas. Una en honor al Espíritu Santo, otra a la Virgen en un santuario mariano y la tercera por todos los fieles difuntos. Mientras que al diácono le solicitó que comience con el rezo del oficio divino.
A las 11:00 concluyó la ceremonia de ordenación. Se hizo con la bendición del arzobispo Trávez. Antes se indicó que hoy mismo, a las 13:00, el sacerdote de mayor edad Omar Gordillo (de 65 años) celebre su primera misa en la iglesia del barrio La Forestal (en el sur de Quito), justo en la parroquia en la cual su hijo, que también es sacerdote, oficia la misa.
El padre Gordillo, extremadamente emocionado, contó que hace cuatro años, tras la muerte de su esposa, apostó por ser “un pescador de hombres”. Hasta la medicina, su profesión de toda la vida, la dejo por seguir a Jesús.